Se acercan a una era de paz intercoreana
En la reunión entre los líderes del Sur y Norte acordaron alcanzar la desnuclearización, la creación de una zona desmilitarizada y un lugar para reuniones familiares
SEÚL, Corea del Sur. Concluyó una histórica reunión entre los líderes de Corea del Norte y del Sur, y el régimen de Pyongyang se comprometió a deshabilitar de manera permanente un sitio de pruebas de motores de misiles, una plataforma de lanzamiento y una instalación nuclear, en la primera vez que discute el tema nuclear con Seúl.
El sitio de pruebas de motores misiles y de lanzamiento a deshabilitar es el de Dongchang-ri en la provincia de North Pyongan, fronteriza con China, y se incluye la participación de expertos de países relacionados con el tema.
Sin embargo, este compromiso quedó condicionado a que Estados Unidos tome medidas de reciprocidad.
La negociación tuvo lugar en la tercera cumbre este año entre el líder norcoreano Kim Jong-un y el presidente surcoreano Moon Jae-in en Pyongyang. Significa el acercamiento hacia una era de paz y prosperidad, dijo el mandatario surcoreano.
Ambos líderes políticos también acordaron la reconexión de sus líneas férreas y carreteras a través de la frontera común antes de que termine este año.
Reabrirán el parque industrial de Kaesong localizado al norte de la frontera común, en la que empresas surcoreanas emplean mano de obra norcoreana.
Igualmente el establecimiento de programas de turismo hacia el centro vacacional norcoreano de Monte Kumgang, aunque con la precisión de que será "en cuanto las condiciones lo permitan".
También pactaron edificar una instalación para reuniones de familias divididas por la guerra entre ambos países, que data de mediados del siglo pasado.
Por otro lado, las dos Coreas firmaron también un histórico acuerdo que reduce efectivos, prohíbe maniobras y designa zonas libres de presencia militar en torno a la frontera que comparten. Para coronar este episodio de acercamiento, Kim aseguró que antes de fin de año visitará Seúl a invitación de Moon, lo que lo convertiría en el primer líder norcoreano en pisar la capital del Sur.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró desde Washington esos "progresos extraordinarios".
Ahora le toca mover ficha a Washington con respecto a la ansiada firma de un tratado de paz que ponga fin al estado de guerra que técnicamente persiste en la península desde hace más de 65 años.