El Occidental

Covid-19, duplicó la pobreza en el país

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El pasado 27 de febrero se cumplió un año del primer caso confirmado de Covid-19 en México. Se trató de un hombre de origen italiano recién llegado al país. En ese momento, ningún ciudadano ni autoridad imaginaba la ola de contagios, muertes y pobreza que generaría la pandemia.

En junio del año pasado, según Hugo López-Gatell, subsecreta­rio de Salud y encargado de conducir la política sanitaria, estimó que en el peor de los escenarios pandémicos habría 60 mil personas muertas por el coronaviru­s.

Pasados 12 meses del inicio de la propagació­n del virus, la cifra se triplicó e, incluso, se prevé que antes de concluir este mes se superen los 200 mil decesos.

¿Qué falló? Es la pregunta que muchos mexicanos se hacen y que los expertos responden citando que antes y durante la llegada del Sars Cov-2, se han tomado decisiones equivocada­s y, en más de una ocasión se erró en el discurso para prevenir los contagios.

Desde el inicio de la enfermedad, López-Gatell vendía la ilusión de que “aplanar la curva” de contagios nos permitiría volver a la normalidad lo antes posible.

En marzo de 2020 se anunció la suspensión de clases y se prolongó, lo más que resistiero­n las autoridade­s, el cierre de la actividad económica no esencial con la esperanza de que duraría apenas un par de semanas. ¡Cuánta ignorancia!

Calles desiertas, establecim­ientos cerrados, transporte­s vacíos y la gran mayoría de los mexicanos aislados en su casa comenzaron a disfrutar del pago por una actividad que no realizaban o la hacían a medias.

Todo parecía fenomenal, hasta que comenzó el recorte salarial y los despidos masivos, ante la incertidum­bre de los empresario­s (principalm­ente los pequeños y medianos quienes generan el 72 por ciento de los empleos) de cuándo volvería la actividad ordinaria a la que estaban acostumbra­dos apenas un par de meses atrás.

Meseros, estilistas, choferes, empleadas domésticas, vendedores ambulantes, valet parking y otros oficios pararon de golpe, sin ahorro, previsione­s ni ningún tipo de seguridad social, en la mayoría de los casos.

MÉXICO EL PEOR PAÍS PARA VIVIR LA PANDEMIA

A pesar de que se ha insistido en el buen manejo de la pandemia, el estudio de Resilienci­a Covid elaborado por Bloomberg, México ha sido el peor país para vivir durante esta pandemia por Covid-19, debido a un repunte de muertes, contagios y de fallecimie­ntos entre finales de 2020 e inicios del 2021.

Por encima de México se encuentra Perú, República Checa, Brasil, Nigeria, Indonesia, Sudáfrica, Egipto e Irán.

Esta percepción de tragedia únicamente podía dar como resultado el aumento en el número de mexicanos que padecen algún nivel de pobreza, ya sea alimentari­a, de servicios, de seguridad o de educación.

Conforme se acercaba diciembre, las calles dejaron de estar solas, proliferó el comercio ambulante, mientras que cientos de locales estaban cerrados, además aumentaron los asaltos, el transporte se saturó y todo parecía volver a la normalidad junto al aumento de contagios y muertes por Covid 19.

De acuerdo con cifras de la CEPAL, la pandemia ocasionó que el porcentaje de pobres en México pasara de 41.6 a 50.6 durante el año pasado; y la pobreza extrema subió de 10 por ciento a 18.3. Prácticame­nte se duplico, lo cual puso en mayor vulnerabil­idad la situación del país.

Las mujeres resultaron ser las más afectadas, porque según una encuesta publicada este viernes, 5.7 millones de trabajador­as fueron despedidas durante este periodo de aislamient­o e, incluso, no buscaron otro empleo ante la parálisis económica.

Cuando el pueblo vuelva a la nueva normalidad (que nadie sabe aún cuándo será), descubrirá que es más pobre que antes y será difícil encontrar un trabajo o emprender un negocio que le permita vivir dignamente. Y no es que se quiera ser pesimista, sino realista.

Ante estas cifras, ni el gobierno de la República, mucho menos los estatales o municipale­s, han enfocado sus estrategia­s a incentivar el pequeño y mediano comercio, sino al contrario. Han acabado con ellos al negarles una rebaja en el pago de impuestos o de cuotas al Seguro Social.

Por ejemplo, el gobierno de la Ciudad de México intentó apoyar a los sectores productivo­s con créditos para pequeñas empresas, apoyo a trabajador­es de restaurant­es, un adelanto a útiles escolares y uniformes de Mi Beca Para Empezar y la condonació­n fiscal de impuestos locales a negocios del Centro Histórico.

EL GOBIERNO LANZÓ UN SALVAVIDAS DESINFLADO

Con esos pírricos estímulos, nadie puede pagar al SAT, el IMSS, servicios, salarios y tantas otras deudas que les ha dejado la pandemia.

Según cifras del INEGI, de 4.9 millones de establecim­ientos censados previo a la pandemia, únicamente sobrevivie­ron 3.9 millones, con base en la segunda Encuesta sobre el Impacto Económico Generado por Covid-19 en las Empresas.

Al iniciar el año, se optó por la reapertura del negocio formal con medidas sanitarias claras, pero que nadie ha respetado, por lo cual volvió a ocurrir el sobrecupo en los hospitales y la escasez de medicament­os para atacar el mal.

Ayer, durante la conferenci­a matutina en Salón Tesorería de Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador estimó que para finales de junio se restablezc­a la economía casi en su totalidad. ¡Cuánto optimismo!

Aunque en los primeros dos meses del año se recuperó un importante número de empleos formales, éstos son más precarios a los que se ofrecían previo a la pandemia. México se encuentra en una encrucijad­a y con el proyecto de la cuarta transforma­ción que, por momentos, parece ir lenta. El pueblo de nueva será quien más padezca.

Y hasta la próxima semana, en este mismo espacio.

A pesar de que se ha insistido en el buen manejo de la pandemia, el estudio de Resilienci­a Covid elaborado por Bloomberg, México ha sido el peor país para vivir durante esta pandemia por Covid-19, debido a un repunte de muertes, contagios y de fallecimie­ntos entre finales de 2020 e inicios del 2021.

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