Colman calles del mundo pese al Covid
virtud de su sexo, señaló ONU Mujeres en un estudio.
En el mundo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, y la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, se unieron ayer en el Parlamento Europeo para alertar de que el planeta aún no es un lugar justo para las mujeres, una desigualdad que ha agravado la crisis del coronavirus.
“Dicho simplemente, nuestro mundo no funciona como debería para las mujeres”, resumió Harris en una intervención grabada en vídeo ante la Eurocámara, donde alertó sobre el impacto del coronavirus en el acceso de las mujeres a la sanidad, su estabilidad económica y su integridad física.
BUENOS AIRES. De Pakistán a Grecia, pasando por España o Argentina, millones de personas desafiaron las restricciones impuestas por el coronavirus en todo el mundo para celebrar, en ocasiones en peligrosas condiciones, el Día Internacional de la Mujer y denunciar la violencia de género.
Tanto en democracias pacíficas como en países sumidos en grandes conflictos, las mujeres salieron a la calle, aunque en mucho menor número que el año anterior, cuando la pandemia aún no había alcanzado su máxima expresión.
Agrupaciones de izquierda, organizaciones y sindicatos se sumaron a la movilización de miles de mujeres en Argentina, cuando el país enfrenta una ola de femicidios, con un promedio de uno por día en lo que va del año.
Para tratar de evitar aglomeraciones masivas por el Covid-19, en el vecino Uruguay se organizaron decenas de actos de forma descentralizada, aunque también hubo una concentración en Montevideo.
En Colombia, miles de manifestantes desafiaron las restricciones y se dieron cita en distintos puntos de Bogotá portando pañoletas color violeta, símbolo de la batalla contra los feminicidios, que en 2020 dejaron 186 víctimas en el país.
En Francia, donde una mujer es asesinada cada tres días por su pareja o expareja, decenas de miles marcharon en las grandes ciudades, al igual que en Turquía o Grecia, donde el movimiento #MeToo ha explotado por los casos de acoso.
En España, miles salieron a las calles de las principales ciudades y Madrid, donde la protesta había sido prohibida