El Occidental

Monreal salva al Presidente

- LUIS CARRILES

La instrucció­n fue clara para el Congreso de la Unión: se tenía que sacar rápido, muy rápido, la iniciativa preferente del presidente López Obrador. La llamada oficialmen­te Ley de la Industria Eléctrica, pero conocida como #LeyCombust­óleo, necesitaba ser aprobada aprovechan­do la mayoría de Morena y sus pragmático­s aliados.

La mala noticia es que en la Cámara de Diputados decidieron hacer un parlamento abierto y los funcionari­os que mandaron a defender la #LeyCombust­óleo fueron directivos de CFE que sólo justificar­on los intereses de su empresa y los beneficios que ellos tendrían. Defendiero­n la aplicación y sus beneficios.

La paliza de los especialis­tas a la CFE fue vista con desagrado en varios niveles de gobierno y provocó una enorme urgencia para lograr la aprobación con la menor discusión pública posible sobre el modelo. Los dos días de parlamento abierto pusieron contra la pared la #LeyCombust­óleo y llamaron demasiado la atención de grupos de interés nacionales e internacio­nales porque sirvieron a los abogados de las empresas afectadas para obtener argumentos técnicos y legales para una Resistenci­a Legal. Tras la votación, fue enviada al Senado donde hubo un primer intento de conciliaci­ón. El Presidente de la Junta de Coordinaci­ón Política, Ricardo Monreal, buscó la conciliaci­ón y evitar el choque.

“En el grupo parlamenta­rio la mayoría apoyamos la decisión del presidente, la iniciativa preferente; pero hay que buscar salidas. Yo soy de los que piensa que el diálogo no se puede agotar, no se puede abandonar y no se puede evitar, y yo creo que, si la aprobamos tal y como viene de la Cámara de Diputados, que es una hipótesis, obviamente va a haber recursos en contra de esta ley que nosotros aprobemos. Y lo que yo intento es que el Estado no sufra mermas económicas en su patrimonio por las demandas que se puedan interponer, en el arbitraje internacio­nal o en los órganos jurisdicci­onales nacionales”, dijo. El diálogo no existió, al menos no públicamen­te. Hubo un análisis profundo, se midieron riesgos y se entendió que las cosas se tenían que hacer rápido. Se tomó la decisión: no más parlamento abierto, nada de discusión técnica, se recogieron invitacion­es y varios contactos hechos con especialis­tas fueron dejados a un lado.

El 2 de marzo del 2021, pasadas las 15 horas, inició la sesión vespertina y para las 20 horas ya se tenía aprobada con reservas. PAN, PRI, MC, PVEM y PRD subieron a tribuna en contra, de nada sirvió. No le movieron nada. Los senadores de oposición se enfrentaro­n a Monreal que no se movió un ápice. No cedió nada a nadie.

A las 1:02 horas del 3 de marzo la nueva Ley de la Industria Eléctrica estaba aprobada por el Congreso de la Unión. El senado desahogó en menos de 36 horas el debate, la votación y la aprobación, cerró el cerco sobre la oposición y acabó con la discusión.

Monreal le entregó al presidente la Ley de la Industria Eléctrica que ya fue publicada este martes 9 de marzo en el DOF, lo que va a desatar una ola de amparos que costarán unos 110 mil millones de dólares porque esta ley implica cancelar todos los contratos existentes y adquirir negocios en marcha, pero eso no es lo peor. Van a detener todos los proyectos de generación eléctrica que están en construcci­ón por al menos ocho meses en lo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación decide si la nueva ley es anticonsti­tucional.

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