Hambre se abre paso en Brasil por pandemia
SAO PAULO. En los puestos de repartición de comida para habitantes de calle de Brasil cada vez se asoman más necesitados y las filas se alargan. El hambre se abre paso a la par de la pandemia, que avanza sin tregua.
En el centro de Sao Paulo, cerca de 300 personas hacen fila para adquirir alimentos, la mayoría son méndigos, pero hay asistentes que perdieron los ingresos del gobierno y el poco dinero que consiguen lo usan para la renta de sus viviendas.
Misma situación existe en centros de acopio de Río de Janeiro, donde asisten ancianos, mujeres embarazadas, personas en situación de calle para adquirir lo que podrías ser el único alimento del día.
Varias ciudades del país se enfrentan al empobrecimiento de la sociedad brasileña en tiempos del Covid-19, que ya deja más de 317 mil muertos y millones sin trabajo, nuevos pobres... y hambrientos.
La pandemia acentuó una tendencia de los últimos seis años en el gigante latinoamericano, gran productor mundial de alimentos.
A mediados de 2020, el jefe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU en Brasil, Daniel Balaban, advirtió que el país caminaba a "pasos largos" hacia su regreso al mapa mundial del hambre, del que salió en 2014 y al que ingresan los países con más del 5 por ciento de población en pobreza extrema.
El Banco Mundial estimaba entonces que 5.4 millones de brasileños caerían en ese rango en 2020, para un total de 14.7 millones de los 212 millones de habitantes.
La Fundación Getulio Vargas halló que casi un tercio de la población sufre de inseguridad alimenticia.
El gobierno auxilió en abril de 2020 a un tercio de la población con 600 reales, reducido a 300 en octubre y suprimido en enero