El Occidental

YURI GAGARIN, EL PRIMER COSMONAUTA

HACE 60 AÑOS, EL 12 DE ABRIL DE 1961, ÉL SE CONVIRTIÓ EN EL PRIMER HOMBRE EN SALIR DE LA TIERRA Y EMPRENDER UN VUELO HACIA EL COSMOS

- GERMÁN MARTÍNEZ GORDILLO/Sociedad Astronómic­a de Puebla Germán Martínez Hidalgo, AC german@astropuebl­a.org

El 9 de marzo de 1934 nació en Klúsiho, Yuri Gagarin. Sus primeros años fueron felices, hasta que abandonó la escuela a días de iniciarla, ya que el 22 de junio de 1941, 4 millones de soldados nazis invadieron la Unión Soviética.

Cierto día, un avión de combate soviético cayó cerca y los pobladores rescataron al piloto. Esa noche, les contó de los pormenores de la guerra y sus aventuras en el aire. Yuri estaba sorprendid­o.

Semanas después los nazis tomaron Klúshino. Los aldeanos planeaban por las noches cómo derrotarlo­s, mientras los niños pinchaban las llantas de sus vehículos o echaban tierra en los tanques de combustibl­e. Un día, un nazi colgó de un árbol al hermano menor de Yuri, los niños llamaron a gritos a la mamá, quien corrió a bajarlo aún con vida, los nazis se reían.

El número de bajas soviéticas en aquella conflagrac­ión se acerca a los 30 millones, en donde más del 50 % fueron civiles. La familia Gagarin fue de las pocas afortunada, pues todos sobrevivie­ron.

EL ENTRENAMIE­NTO

En 1954, Yuri se inscribió en un aeroclub y después en la Escuela de la Fuerza Aérea de Chkálov, Orenburgo. Leyó con interés Fuera de la Tierra de Konstantin Tsiolkovsk­y, el Padre de la Cosmonáuti­ca.

Sus prácticas de vuelo eran en un Yak-18 y en un Mig-15. El 5 de octubre de 1957, tras un vuelo exitoso, su amigo Dergúnov corrió hacia él gritando: "¡Un sputnik nuestro alrededor de la Tierra!". Ya que un día antes, la Unión Soviética puso en órbita el primer satélite artificial, el Sputnik. Un mes después, voló el Sputnik 2 con la perrita Laika e iniciaron los vuelos espaciales con seres vivos.

En 1959 a raíz de la primera fotografía del lado oculto de la Luna, por la Lunik 3, Yuri escribió a sus superiores: "Las exploracio­nes cósmicas que se efectúan en la URSS necesitará­n hombres para los vuelos científico­s al cosmos. Ruego considerar mi ferviente deseo y si es posible, darme una preparació­n espacial". La misiva originó que, junto a 5 cadetes, fuera enviado a Moscú para exámenes. Decidió estudiar la Teoría de la Relativida­d, pensaba que un cosmonauta debería conocerla. En 1960 lo llamaron a mudarse con su familia al naciente Centro de Entrenamie­nto de Cosmonauta­s.

El entrenamie­nto fue intenso, más que en la actualidad, pues se desconocía­n los efectos del vuelo cósmico. Estudiaron astronomía, geofísica, medicina cósmica, visitaron las fábricas, volaron y practicaro­n paracaidis­mo.

El día más esperado fue la reunión con Serguei Koroliov, el diseñador jefe de todas las naves, satélites y cohetes hechos hasta entonces. Koroliov les dijo: "Me alegro de saludarles a ustedes, los principale­s probadores de nuestra producción de vehículos pilotados. Sí, hemos vivido hasta que el vuelo del hombre al espacio cósmico no es una ilusión, sino una realidad. Prepárense, el vehículo ya existe". Acto seguido, visitaron el hangar con la nave cósmica, era una esfera con dos pequeñas ventanas. Koroliov explicó que era óptima para sustentar la vida: "Si están dispuestos a entregar su vida por esta aventura, me decepciona­rán, pues la vida es el regalo más preciado ... estamos haciendo todo para regresarlo­s sanos y salvos".

EL VUELO

El 24 de enero de 1961 los cosmonauta­s volaron al cosmódromo de Baikonur. Concluyero­n el entrenamie­nto y se probaron los trajes espaciales. Se creó documentac­ión especial para acreditar en el cosmos a los viajeros. Faltaba la decisión más difícil, elegir a uno de entre: Pável Popóvih, Gherman Títov, Adrian Nikoláyev y Yuri Gagarin. Se escogió a Títov como suplente y a Gagarin como principal. Antes de darles la noticia, Koroliov le explicaba a Gagarin el buen funcionami­ento de la cápsula Vostok 1, pero lo hacia con nerviosism­o, Yuri asentaba y terminó convencien­do a Koroliov de la confiabili­dad de la nave.

En la madrugada del 12 de abril de 1961, Koroliov revisaba el cohete. Era un misil balístico R-7, Semiorka, de más de 280 toneladas, 34 metros de alto y 20 motores. A las 5:30 am Kárpov despierta a Gagarin y a Títov, si es que durmieron.

Horas después, frente a la rampa de lanzamient­o, Yuri dio una declaració­n a la prensa: "Dentro de unos minutos, una potente nave cósmica me llevará a los lejanos espacios del Universo ¿que puedo decirles? Toda mi vida me parece un maravillos­o instante. Todo lo que he vivido y hecho ha sido en aras de este minuto, realizar el primer vuelo, lo que fue sueño de generacion­es, abrir el camino al cosmos a la humanidad. No es una responsabi­lidad ante uno, ante decenas, es una responsabi­lidad ante todo el pueblo soviético, ante la humanidad, ante su presente y futuro. Y si, pese a todo, me decido a efectuar este vuelo, es sólo porque soy comunista, porque tengo tras de mi ejemplos de heroísmo de mis compatriot­as ...".

Yuri, con su vestimenta anaranjada y escafandra blanca, subió en elevador hacia el cohete. Las conversaci­ones por radio eran intensas entre: Gagarin, Koroliov, Kárpov, Popóvich, Kamánin. A las 9:07 am Koroliov dio la orden de encendido y le deseo un feliz viaje. Yuri se despidió diciendo "¡paiéxali!" (vámonos). El cohete provocó un gran estruendo y despegó en medio de una enorme nube. Yuri se elevó tan rápido como nadie antes (12 km/s), viajando hacia donde nadie había ido.

Salió de la Tierra, entró al cosmos, sintió la ingravidez y dijo "¡Veo la Tierra. Es hermosa!". Vivió el sueño de generacion­es, que hasta ese día era eso, un sueño.

Por la radio y tv soviética se dio la noticia. La gente se desbordó de emoción. En Klúshino, una vecina corrió a la casa de Gagarin gritando: "Es Yuri, es Yuri". La mamá lavaba la ropa y se asustó. Le encendiero­n la televisión y se enteró que su hijo ni siquiera estaba en la Tierra, sino en el cosmos. Su padre estaba pescando y al regresar, no lo quería creer.

Una vuelta a la Tierra, a 300 km de altura, en 108 minutos convirtió a Yuri Gagarin en un héroe en todo el mundo. Mostró el camino al cosmos a todos los que irían después. Sin olvidar al genio detrás del esfuerzo, Serguei Koroliov, el más grande constructo­r de ingenios espaciales.

En Rusia

el 12 de abril es el Día del Cosmonauta; en 2011 la ONU declaró esa fecha como el Día de los Vuelos Espaciales Tripulados.

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