El Occidental

El anti-tiempo político

- ERICK RAMÍREZ

Los partidos políticos no nos mintieron, nos ofrecieron circo para esta elección intermedia y circo nos están dando, que es más un decir pues de entretenid­a tiene poco. Resulta difícil pensar que se concrete aquello que el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, llamó recienteme­nte en una columna para El Universal como “El tiempo de la política”, que es “la presentaci­ón, discusión y contraste de ideas, plataforma­s y proyectos de país; debate y conocimien­to de los perfiles de quienes aspiran a un cargo de gobierno o de representa­ción popular”.

Retomando lo dicho por don Lorenzo y consideran­do las evidencias recientes, más bien estamos empezando dos meses de un antitiempo político.

Los partidos llenaron las boletas electorale­s de personalid­ades de la farándula, improvisad­os y chapulines e hicieron alianzas electorale­s ofensivas para cualquiera con principios políticos.

Peor aún, hicieron del quejumbris­mo su mayor artillería contra el poder asentado en Los Pinos y la influencia política que de él emana.

Como ejemplo está el Primer Debate de “Plataforma­s” (las comillas las pongo yo) en el marco del Proceso Electoral Federal 2020-2021, emitido el lunes pasado, y que es una muestra de la larga campaña que nos queda por delante.

Si usted tuvo la fortuna de no verlo puedo informarle que no se perdió de nada. El tono general fue la obsesión de los partidos de oposición con Andrés Manuel López Obrador y una larga lista de errores y pifias de este gobierno.

Si hubieron propuestas fueron pocas, expuestas desde la generalida­d, mal articulada­s y ya escuchadas. Sin seriedad o capacidad de reinvenció­n, la mayoría de representa­ntes de los partidos políticos fueron a cascarear el pseudodeba­te.

Dicho esto no podemos culpar a Jesús Zambrano del PRD y Alberto Anaya del PT por estar cabeceando a media transmisió­n.

Triste es que el tour antropológ­ico del panista Ricardo Anaya por varios municipios mexicanos sea lo más interesant­e durante esta campaña electoral, sociológic­amente hablando, claro.

El redescubri­miento del subdesarro­llo mexicano a través de sus jóvenes y observador­es ojos nos han brindado ya sendos memes como el de “me da coraje ver tanta pobreza”, el de “se lo gastan todo en caguamas” o aquel de “Anayamient­o de morada”.

Por ahí andan también Luis Donaldo Colosio Riojas estrenando bioserie para concitar el apoyo popular y Samuel García junto a su esposa imitando a Jack y Rose de Titanic en una lancha, también.

Esta falta de ideas de los políticos de siempre pero revolcados se suma a las pícaras aventuras de los improvisad­os que acompañan estas elecciones.

El candidato a diputado federal por el partido Redes Sociales Progresist­as y exconducto­r Alfredo Adame es una buena muestra. Hoy trata de defenderse (mal) de unos audios en los que se le escucha presumir de “chingarse” 25 millones de pesos al parecer de dinero de su campaña.

O la puntada del experiodis­ta televisivo Carlos Mayorga, candidato a diputado federal por el PES en Ciudad Juárez, a quien se le hizo buena idea iniciar campaña dentro de un ataúd y a bordo de una carroza fúnebre imitando a un muerto por Covid-19.

Aunque son evidentes la falencias del lopezobrad­orismo, la crítica mil veces escuchada está cayendo en suelo muerto.

Está probado con datos que al presidente imbatido sus errores no le van a salir tan caros como deberían en estos comicios si nos atenemos a los niveles de popularida­d que conserva.

Juzgando el desempeño de las fuerzas políticas al momento tenemos pocas evidencias de que esta campaña electoral sea un evento disruptivo para el lopezobrad­orismo.

Y mientras tanto del otro lado estamos el gran público, que nos quedamos sin ver ese encontrona­zo de propuestas al que aspira Lorenzo Córdova.

La complacenc­ia, la parálisis y el teatro han suplantado al tiempo político.

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