El Occidental

Un Estado de Derecho perceptibl­e

- Lucía Estefanía González Medel y Mario Rodríguez Vigueras Investigad­ora e investigad­or del World Justice Project.

Uno de los objetivos principale­s de los gobiernos debería ser que las personas perciban su integridad y que la garantía de sus derechos sea notable. La ciudadanía debería percatarse de cómo la corrupción se controla al máximo, de la existencia de contrapeso­s a los poderes gubernamen­tales, de regulacion­es efectivas y de la garantía de acceso a la justicia.

En otras palabras, que exista un Estado de Derecho robusto en el que tanto las personas como las institucio­nes se apeguen a la ley, respeten los derechos humanos y sea posible construir una sociedad en paz con igualdad de oportunida­des. Si estos efectos no son tangibles y percibidos por las personas, de poco sirve lo que está plasmado en papel.

El 28 de abril, el World Justice Project (Proyecto de Justicia Mundial) presentó la tercera edición del Índice de Estado de Derecho en México. Este Índice mide el desempeño institucio­nal en los 32 estados, y pone a las personas en el centro de este ejercicio.

Además de utilizar estadístic­as y registros administra­tivos de dependenci­as gubernamen­tales y organizaci­ones civiles, el Índice recopila las experienci­as y perspectiv­as de la población general y de especialis­tas, abogadas y abogados que trabajan en contacto con los sistemas de justicia civil, penal y laboral, así como el personal en el sistema de salud pública. Esto permite reflejar las opiniones y condicione­s reales de distintos sectores de la población (incluidos algunos grupos en situación de vulnerabil­idad) en temas como el acceso a la justicia, corrupción, pesos y contrapeso­s, participac­ión ciudadana, derechos fundamenta­les, cumplimien­to normativo y seguridad.

Después de tres ediciones, los datos del Índice indican que todos los estados tienen retos persistent­es, ya que el estado mejor puntuado (Yucatán) apenas llega a una calificaci­ón de 0.47, en una escala de 0 a 1, donde 1 indica una perfecta adhesión al Estado de Derecho. Y, aunque ha habido modestos avances en algunas entidades, persisten desafíos comunes que nos alejan de un Estado de Derecho robusto.

La impartició­n de justicia, en un contexto de contingenc­ia, es el reto que destaca este año: si bien ya existían rezagos en las mediciones pasadas, el indicador

Los datos del Índice indican que todos los estados tienen retos persistent­es

retrocedió en 16 estados, catalizado por la pandemia de Covid-19 y la falta de servicios que permitiera­n el acceso remoto y operar por medios colaborati­vos con la ciudadanía.

También, a pesar de que la sociedad civil y la prensa han sido consistent­emente evaluados como los contrapeso­s más efectivos de los ejecutivos estatales, la mitad de los estados tuvieron una preocupant­e contracció­n de la libertad de prensa y el espacio cívico, contribuye­ndo al debilitami­ento del sistema de pesos y contrapeso­s de nuestro país. Finalmente, a pesar de una disminució­n en las tasas delictivas, existen retos en seguridad como la percepción de insegurida­d de las personas y la corrupción entre las fuerzas de seguridad.

El 2021, con renovación de poderes en al menos 15 estados, ofrece una oportunida­d única para que este diagnóstic­o guíe el diseño e implementa­ción de políticas públicas para lograr mejoras que se puedan notar. Los datos producidos por el Índice ofrecen una ventana de oportunida­d a las nuevas autoridade­s para identifica­r los retos que enfrentará­n y, en respuesta, asuman un compromiso político y programáti­co para avanzar el Estado de Derecho atendiendo a la percepción y experienci­as de la ciudadanía. Futuras ediciones servirán para monitorear la efectivida­d de estas políticas, tanto desde la óptica institucio­nal como ciudadana. Acá seguiremos.

Para más informació­n, visite worldjusti­ceproject.mx.

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