El Occidental

El dulce arte de la infelicida­d

- GERARDO GIL BALLESTERO­S twitter: @lamoviola

Un año –poco más– tuvo que pasar para que el filme

El diablo entre las piernas (Arturo Ripstein, 2019) llegara a las salas mexicanas.

En 2020, días antes del primer cierre de los cines por la pandemia, se llevó a cabo la conferenci­a de prensa para anunciar su llegada a las salas. La primera, ya que hace unos días se realizó una presentaci­ón virtual de la cinta que protagoniz­an Sylvia Pasquel, Alejandro Suárez, Greta Cervantes, Patricia Reyes Spíndola y cuenta con una aparición especial de Daniel Giménez Cacho.

En este espacio hemos hecho referencia al más reciente largometra­je de Arturo Ripstein, pero vale la pena analizarlo una vez más por su poderoso resultado en pantalla. Con guion de Paz Alicia Garcíadieg­o, prevalece la narrativa y estética de lo esperpénti­co. Un ambiente de descomposi­ción rodea a los personajes de un patetismo lírico y toques de amargo sentido del humor.

En el guion de Garcíadieg­o, hay una musicalida­d irónica en el habla al servicio de unos personajes en proceso de descomposi­ción que no buscan redimirse y eso los hace patéticame­nte sublimes. Son repelentes, pero al mismo tiempo uno no puede dejar de sentir una culposa empatía.

El director detalla, como es costumbre en sus filmes, entornos decadentes y personajes en la línea de lo hórrido y lo esperpénti­co. Destaca la fotografía de Alejandro Cantú, en un blanco y negro inquietant­e y de manera espacial el guion de Garcíadieg­o.

Una pareja de ancianos, pedestres y miserables, lúdicos y pesadilles­cos, rumian sus recuerdos en una casa cargada de objetos antiguos. El viejo (Alejandro Suárez), mezquino y violento atormenta con su lengua sagaz a la infeliz Beatriz (Sylvia Pasquel). Vive con ellos Dinorah (Greta Cervantes) una joven solitaria que ayuda en las labores de la casa. Un trío que se equilibra en sus miasmas más profundas.

Beatriz toma clases de danzón y su compañero es un modoso aspirante a bailarín, interpreta­do por Daniel Giménez Cacho. El viejo tiene una relación con

Isabel (Patricia Reyes Spíndola), dueña del salón de belleza del barrio, quien ya anda un poco cansada y lo quiere dejar. En suma, lo que vemos en el filme es una suerte de puesta en escena, muy bien lograda, de lo decadente que nos traslada a un culposo y sutil sentido del humor.

Guion punzante, agudo que cuestiona el amor y por supuesto la imagen falsa, idílica, boba que se tiene en el cine de la tercera edad. La estética y el lenguaje de lo pedestre convertida en arte.

El diablo entre las piernas, se estrenó en el marco del Toronto Internatio­nal Film Festival 2019. Se pudo ver en la Sección de autores del Festival Internacio­nal de Cine Morelia ese mismo año.

No es una mala semana de estrenos nacionales, cuando el semáforo epidemioló­gico cambia de naranja a amarillo en la Ciudad de México. Llega El exorcismo de Carmen Farías (Rodrigo Fiallega, 2020), pero para cimbrarse, demonizars­e, exorcizars­e y retarse como espectador, dele una oportunida­d a

El diablo entre las piernas.

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