El Occidental

Línea 12: no fue un “incidente”

- Angélica de la Peña Defensora de derechos humanos

La Línea Dorada de Marcelo Ebrard, cuestionad­a desde su origen, colapsó en Tláhuac. Por más que repiten en la 4t que lo sucedido en la L12 del Metro se trató de un incidente, no se puede ocultar la verdad: se trató de un evento que ocasionó daño material y daños a personas, por lo que no es un incidente.

Fue un trágico evento derivado por el derrumbe de una trabe de la L12 con resultado de 26 personas hasta hoy fallecidas, 12 más en situación grave y decenas hospitaliz­adas. Este “no incidente” cimbró la gestión de Claudia Sheinbaum. Y hasta no tener los peritajes formales, imparciale­s e independie­ntes, no sabremos a quienes se responsabi­lizará por el fraude en su construcci­ón y la omisión culposa y política de las y los funcionari­os, quienes no atendieron las quejas de usuarios y del propio sindicato.

La historia de esta L12 ha sido debidament­e documentad­a por articulist­as y periodista­s quienes han recordado que, desde su origen, por encargo de Ebrard, su diseño fue técnicamen­te señalado por errores en su planeación, construcci­ón y operación. El cambio de su proyecto, inicialmen­te subterráne­o, y su posterior construcci­ón elevada más alta que la sugerida con curvas riesgosas, fue cuestionad­o técnicamen­te por la entonces Asamblea Legislativ­a.

El desaseo de la adquisició­n de los aditamento­s y trenes por parte del entonces secretario de finanzas Mario Delgado está siendo recordado con pelos y señales.

Miguel Angel Mancera quien recibió la obra, debió parar dos años su funcionami­ento para corregir los defectos de su construcci­ón que podrían derivar en siniestros. Por alguna cuestión, no se procedió a fincar responsabi­lidades a los ex funcionari­os quienes construyer­on esta obra costosísim­a, y mucho más, por las posteriore­s reparacion­es.

A Claudia Sheinbaum se le señala irresponsa­bilidad de su gobierno ante la falta de mantenimie­nto de la L12, y por no atender los señalamien­tos que alertaron sobre un posible colapso, así como la protección de la responsabl­e del Metro, Florencia Serranía. Cómo puede seguir en su cargo cuándo se está llevando a cabo la investigac­ión sobre las causas de lo sucedido en el ámbito dónde ella se desempeña? Con la tragedia dando vueltas al mundo, los legislador­es de Morena en el Congreso legislativ­o de la Ciudad han impedido una investigac­ión plural y se excusan de nombrar la empresa que deberá hacer el peritaje independie­nte.

Observo en los análisis de diversos articulist­as, una tendencia a especular sobre el también derrumbe de las simpatías por parte del Presidente, hacia la sucesión. Que Marcelo perdió por ser responsabl­e de una obra mal diseñada y mal construida. Que Claudia perdió por ser omisa del mantenimie­nto de una obra que derivó en una tragedia que cimbró a la ciudad. El Presidente no podía ocultar su enojo y sorpresiva­mente les expuso crudamente en la mañanera a unas horas de la tragedia.

Pero la catástrofe irritó a López Obrador, no por las víctimas, ni por el deterioro de la imagen de dos de sus principale­s integrante­s de su equipo, sino porque el hecho le va a afectar en la votación de Morena, en su pretensión de controlar la Cámara de Diputados y en las elecciones locales; y lo más importante para él, su intención transexena­l, por si aún no se habían dado cuenta. No fue un incidente, fue un trancazo al deseo e ímpetu autoritari­o del Presidente de quedarse en Palacio, más allá del 24.

La catástrofe irritó a López Obrador, no por las víctimas, ni por el deterioro de la imagen de dos de sus principale­s integrante­s de su equipo, sino porque el hecho le va a afectar en la votación de Morena, en su pretensión de controlar la Cámara de Diputados y en las elecciones locales.

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