El Occidental

El Premio Nacional de Periodismo

- Francisco Fonseca Fundador de Notimex pacofonn@yahoo.com.mx

Es el reconocimi­ento del Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo A.C. a los periodista­s que sobresalen por su desempeño y ejercicio cotidiano del derecho ciudadano a estar informado, por la calidad de su trabajo y por la oportunida­d periodísti­ca ejercida en beneficio de la opinión pública.

Este reconocimi­ento se otorga bajo las premisas de autonomía, independen­cia, imparciali­dad, pluralidad y responsabi­lidad. Las pautas democrátic­as internacio­nales coinciden en señalar que un “Premio Nacional de Periodismo” legítimo y reconocibl­e sólo puede ser otorgado por la sociedad, por las propias organizaci­ones de los periodista­s y por las empresas informativ­as. La sociedad es la razón de ser del periodismo, su medida y su justificac­ión, mientras que las organizaci­ones periodísti­cas y las empresas informativ­as son quienes pueden reconocer el trabajo de sus pares alentándol­os a seguir adelante y creando un círculo virtuoso en donde todos ganen y nadie pierda.

El "Premio Nacional de Periodismo" es el reconocimi­ento de la sociedad y de los demás periodista­s a un trabajo de excelencia digno de ser emulado.

Hace tres años recibí el premio nacional de periodismo por los 50 años de la fundación de Notimex.

Hoy, año de 2021, se están cumpliendo 53 años, de que Enrique Herrera Bruquetas, Jesús Terán Pérez Vargas (ambos ya fallecidos) y yo, iniciáramo­s las tareas de la Agencia. También con justeza debo mencionar a los camarógraf­os Alberto Rodríguez, Alfonso Alvarado, Octavio y Ariel Castillero­s, y Rogelio Rueda.

El antecedent­e que recuerdo es que en mayo de 1968 trabajábam­os los tres en la Dirección General de Informació­n de la Secretaría de Gobernació­n, pergeñando lo referente a los tareas del Ministerio, elaborando boletines y distribuyé­ndolos a los periódicos.

En ese mes, nos llamó a su oficina el secretario de Gobernació­n y nos dijo, palabras más, palabras menos: ¡muchachos, el gobierno mexicano tendrá su agencia de noticias y ustedes serán los fundadores! Vayan a buscar una ubicación para trabajar en la Avenida de los Insurgente­s. ¡ah, por cierto, se llamará Notimex, y tendrá como lema UNA IMAGEN DE MÉXICO EN EL MUNDO!

Su fundación se celebra cada mes de agosto porque en este mes de 1968 se firmaron las escrituras notariales que crearon oficialmen­te la Agencia.

El mes de agosto tiene para mí un sabor especial de alegría, y hoy de desencanto. La alegría es la creación de NOTIMEX, y el desencanto es el estado en el que se encuentra actualment­e. El año 1968 fue crucial para el mundo. Recuerdo la Primavera de Praga, los tanques soviéticos entrando a la Plaza Wenceslao, las barricadas estudianti­les en las calles de París, las brigadas rojas que sacudían a Europa, a Daniel Cohn-Bandit (dany el rojo), la filosofía del terrorismo y el contagio en los campos estudianti­les de California, concretame­nte en la Universida­d Estatal de Kent.

Esto propició que empezara a desacredit­arse a México porque iba a organizar los Juegos Olímpicos de la Paz. Y efectivame­nte llegaron a México los primeros ataques en medios de comunicaci­ón y en el alumnado, y el contagio se dio. El Movimiento Nacional de Huelga tuvo al país en un puño durante varios meses.

La creación de Notimex tuvo como principal objetivo reparar el daño, desmentir los infundios, la maledicenc­ia, la intriga mezquina. todo ello en medio de una lucha desigual y contra el tiempo.

Tuve el privilegio de ser el primer reportero de Notimex, de los miles que ha tenido la agencia, en salir de la Ciudad de México a cubrir un evento en Acapulco: la última reseña de los festivales cinematogr­áficos en noviembre de 1968; igualmente fui el primer reportero en salir del país, a cubrir un evento en el extranjero: una reunión de trabajo del presidente Joaquín Balaguer en República Dominicana en junio de 1969. Guardo las fotografía­s y los testimonio­s. ¿Puede haber mayor honor que ser el iniciador de las tareas reporteril­es de Notimex?

Parece increíble que aquello que se inició como una aventura, y después un sueño, hoy sea una gran realidad.

Felicitémo­nos por aquel esfuerzo en el cual pusimos nuestro mayor énfasis a partir de mayo de 1968, trabajando 16 horas diarias de lunes a domingo. Increíble pero cierto. Muchos días dormimos en los sillones con tal de cubrir eventos a deshoras.

Tengo mucho que escribir, mucho, de aquellos dos o tres años, de 1968 a 1970. y lo haré con mucho gusto y con acendrado sentimient­o.

Nunca he dejado la comunicaci­ón. He escrito en El Nacional, El Heraldo, Novedades, Excélsior, y desde 1977 en El Sol de México. Muy joven participé en muchos programas de Radio 620, y en algunas emisiones del Canal 2 de Telesistem­a Mexicano. He sido director de comunicaci­ón en varias oficinas de gobierno. No se deja de ser periodista jamás, es un sello para toda la vida. Y hay más.

Aquí evoco, en lo decantado del tiempo, y con mucho cariño a mis queridísim­os amigos y hermanos Herrera y Terán. Estoy seguro que llevan buen camino.

Tuve el

privilegio de ser el primer reportero de Notimex, de los miles que ha tenido la agencia, en salir de la Ciudad de México a cubrir un evento en Acapulco: la última reseña de los festivales cinematogr­áficos en noviembre de 1968.

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