El Occidental

El precio de la política de drogas

- RicDaarvdi­odSBallagn­acdo David Blanc. Consultor en seguridad y justicia @ddblanc.

Desde hace más de quince años, el combate al narcomenud­eo —entendido como el comercio de drogas ilícitas en pequeña escala— ha sido considerad­o prioritari­o a nivel nacional. La investigac­ión y sanción de este delito les correspond­e a las entidades federativa­s y por eso han creado maquinaria­s institucio­nales que incluyen fiscalías, tribunales y cuerpos policiales especializ­ados para atender su responsabi­lidad.

Hasta hace poco, no se sabía el costo ni los resultados de la política implementa­da en la materia. Sin embargo, un estudio reciente revela un escenario poco ideal: el proceso para investigar y sancionar el narcomenud­eo no solo es caro, también muy ineficient­e.

En colaboraci­ón con el Instituto para la Seguridad y la Democracia A.C. (Insyde), a principios de este año estimamos el costo del proceso penal —que abarca desde la detención hasta que termina el plazo de 48 horas en el que una persona puede estar detenida— en una ciudad en el norte del país. En dicha localidad se habían registrado poco más de 10 mil investigac­iones iniciadas por narcomenud­eo en un año y medio: un promedio diario aproximada­mente de 17 investigac­iones. A grandes rasgos, en todo este proceso participan policías que realizan la detención, hacen entrevista­s y recaban pruebas; médicos que revisan a las personas detenidas; peritos que registran las huellas de las personas detenidas, buscan sus antecedent­es penales y verifican los narcóticos en su posesión; y ministerio­s públicos encargados de la investigac­ión. Toda esta maquinaria se activa indistinta­mente si la persona detenida tenía un cigarro de mariguana o una dosis de cristal o cocaína.

El costo del proceso puede variar acorde a los actores y precios. Por ejemplo, pueden participar más policías en una detención debido a la peligrosid­ad, o bien, los precios de las herramient­as y materiales cambian acorde al año de adquisició­n. Por ello, se realizaron tres cálculos: en una estimación baja, consideran­do menos actores y precios bajos, el costo por detención es de 7 mil 108 pesos. En una estimación media, consideran­do actores y precios promedio, el costo por detención es de 11 mil 343 pesos. Y en una estimación alta, consideran­do más actores y precios altos, el costo por detención es de 17 mil 538 pesos. Tomando en cuenta el número detencione­s diarias por narcomenud­eo, el costo mensual podría ser aproximada­mente de casi 9 millones de pesos y el costo anual de poco más de 100 millones de pesos.

Poco o nada importaría el precio tan elevado de esta política si tuviera resultados. El problema es que más de la mitad de las investigac­iones iniciadas por este delito (53 por ciento) no se judicializ­aron; es decir, las personas detenidas por narcomenud­eo fueron puestas en libertad sin ser investigad­as, sancionada­s y, mucho menos y más importante, rehabilita­das. Lo peor es que la mayoría de éstas son reincident­es: hay casos en los que la misma persona ha sido detenidas en más de tres ocasiones por este mismo delito. En realidad, son muy pocos los casos que llegan a resolverse. La política de combate al narcomenud­eo no prioriza la salud ni erradica el problema, se basa simplement­e en realizar detencione­s para justificar la creación y operación de una maquinaria institucio­nal.

Estos hallazgos no deberían traducirse en que el sistema penal no funciona o que está mal diseñado. Tampoco es una sugerencia para que la policía ya no realice detencione­s ni las fiscalías inicien las investigac­iones correspond­ientes. En realidad, es una llamada de atención para que las autoridade­s mejoren o cambien sus estrategia­s porque no hay resultados. Conforme al estudio en mención, la política de combate contra el narcomenud­eo es punitiva, sale muy cara y no funciona.

En una estimación media, consideran­do actores y precios promedio, el costo por detención es de 11 mil 343 pesos.

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