El Occidental

Un azote, la banda de “Los Michoacano­s”

Son un grupo que amenaza y desplaza a los habitantes de Mirador del Sol y Chulavista

- VÍCTOR CHÁVEZ OGAZÓN

Empezaron como saqueadore­s de casashabit­ación y ahora es un grupo que amenaza y desplaza a habitantes de Mirador del Sol y Chulavista, sin poder detenerlos. Ya hay operativo

Empezaron como ladrones de casashabit­ación y hoy “los Michoacano­s”, como se autodenomi­nan, se han convertido en un grupo que amenaza y desplaza a los habitantes de colonias como Mirador del Sol y Chulavista. Ya los buscan, la policía metropolit­ana, el Ejército y la Guardia Nacional mantienen vigilancia en la zona, pero en cuanto se van, se cometen los delitos.

El miércoles pasado, reportan algunos, saquearon al menos diez fincas, llegan “como hormigas” y arrancan ventanales, rompen puertas, dicen que un hombre conocido como “El Güero” los dirige.

Solo un modesto medio local de Tlajomulco se ha dado a la tarea de seguirles los pasos y llama a denunciar.

En los últimos cinco años en el municipio de Tlajomulco se han denunciado 3 mil 899 robos a casa habitación, el peor año fue 2017 con mil 518 denuncias y luego a partir del 2018 se experiment­ó una tendencia a la baja con mil tres denuncias, 2019 con 669, en 2020 fueron 402 y ahora, cuando apenas van siete meses, ya suman 307 y de seguir la tendencia así, de más de 40 por mes, podría superar los 500. Los vecinos aseguran que hasta en siete de cada 10 no denuncian.

SAQUEAN LAS CASAS DORMITORIO

En principio elegían las casas. Sus víctimas: Familias donde la mayor parte de los integrante­s laboran y se tienen que ausentar.

La casa se queda sola y entonces aparecen. “Son como ataques de pandillas”, explica un ama de casa, asustada, que apenas asoma por un ventanal. “Los oímos que llegaron en dos carros y empezaron a golpear la puerta, mire, las personas no tienen cancel, eso les facilitó”.

Literalmen­te arrancaron la herrería de la ventana, esto tras quebrar los cristales, y la convirtier­on en parte del botín, se la llevaron. Luego comenzó el saqueo, sacaron los electrodom­ésticos, luego los aparatos electrónic­os y finalmente para ver que no quedara nada sacaron a la calle los muebles y colchones.

Alguien llamó a los afectados, “te están saqueando la casa, son los Michoacano­s”, le dijeron a la madre de familia, pero decidió hacer tiempo, llegar cuando ya se hubieran ido.

Al arribar casi se desploma, la habían dejado sin nada, junto con sus hijos entraron y en una bolsa de plástico pusieron lo que aún servía y entonces se fueron, dejando atrás lo que fue su hogar, el colchón sobre la cochera y el resto de los muebles rotos.

Ese mismo día se calcula que otras diez casas sufrieron similares robos. En algunos casos cargan con estufas, refrigerad­ores y hasta el boiler. Luego se van por los muebles de baño, llaves y hasta el tinaco. Sus acciones parecieran llevar inmerso el

AFECTADO

En los últimos cinco años en Tlajomulco se han denunciado 3 mil 899 robos a casa habitación, el peor año fue 2017.

mensaje: ¡ya no vuelvan!.

DESPLAZAN VECINOS

Días atrás se reportan robos en los clúster 7, 9, 10 y 11 de Chulavista. Dicen que hay múltiples reportes y denuncias.

A la policía municipal doña Carmen, una de las afectadas, ni la cuenta. Asegura que llegaron a cuidarlos, “sí, vimos con gusto que llegó a policía metropolit­ana, el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional, ellos patrullan de día, nos dan confianza y creo que han bajado los delitos de día, pero nos dicen que por la noche tienen que ir a su cuartel o a vigilar, y entonces siguen los robos”.

Nadie sabe por qué les dicen los Michoacano­s ”ni de Michoacán son”, dice don Rafael que él si viene de Uruapan y cree que lo usan para generar miedo, “los que somos originario­s de Michoacán somos gente de bien”.

Los vecinos están asustados y no quieren hablar del tema, pero son secretos a voces que parte de lo robado se vende en al menos tres domicilios de esa zona, por las calles de Cerro de Patamban.

“Los oímos que llegaron en dos carros y empezaron a golpear la puerta".

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/CORTESÍA Sus víctimas: Familias donde la mayor parte de los integrante­s laboran y se tienen que ausentar.
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Imágenes captadas en video.

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