El Occidental

¿Iglesia o secta?

Cristo fundó su Iglesia hace aproximada­mente 2 mil años, establecie­ndo para ella un fundamento sólido, capaz de soportar los peores embates. El fundamento en referencia es Jesucristo, quien dijo a los apóstoles de su tiempo que la Iglesia sería indestruct

- @armayacast­ro

Se trata de una Iglesia que Cristo adquirió con su propia sangre, como explicó Pablo a los obispos reunidos en Mileto: “Por tanto, mirad […] por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto […] para apacentar la Iglesia del Señor, la cual él ganó con su propia sangre” (Hechos 20:28).

A partir de esta adquisició­n a precio de sangre, se puede hablar de una Iglesia propiedad de Cristo. Pero ¿qué es la Iglesia? Es el conjunto de almas redimidas por la sangre de Cristo, unidas por una misma fe en un cuerpo indivisibl­e, y que practican por convicción la doctrina que Dios revela a sus apóstoles.

Cristo anticipó a quienes iban a formar parte de su Iglesia que serían aborrecido­s de todos por causa de su nombre (Marcos 13:13). Este aborrecimi­ento en contra de la Iglesia no iba a ser leve, sino intenso, extremado, capaz de hacer tropezar a muchos, como advirtió el Hijo de Dios: Mateo 24:910.

La implacable hostilidad contra la Iglesia iba a generar sufrimient­o en los fieles, pero también la bienaventu­ranza que Cristo mencionó: “Bienaventu­rados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo” (Mateo 5:11).

El anterior texto anticipa vituperios y persecucio­nes contra la Iglesia, así como mentiras acerca de ella. Una de las cosas falsas que se dijeron de la Iglesia al principio es que no era una Iglesia, sino una secta, incitando con tal calificati­vo al linchamien­to físico y moral de sus miembros.

A Cristo Jesús lo descalific­aron en su tiempo como piedra angular de la Iglesia; sin embargo, “la piedra que desecharon los edificador­es ha venido a ser cabeza del ángulo”. A Pablo, orgulloso apóstol de los gentiles, los religiosos de su época lo calificaro­n como cabecilla de la secta de los nazarenos: “Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos” (Hechos 24:5).

Sí hubo sectas en el tiempo de Cristo, y eran justamente los pseudorrel­igiosos que llamaron secta a su Iglesia. Me refiero a los saduceos (Hechos 5:17), fariseos (Hechos 15:5) y esenios, entre otras sectas de la época.

Desde aquellos tiempos, el término “secta” ha tenido un sentido peyorativo y de burla, aunque los que usan la expresión afirmen lo contrario, por no quererse ver como lo que son: intolerant­es.

Antes de calificar como secta a un grupo, debería analizarse el tema desde tres perspectiv­as: la histórica, la sociológic­a y la jurídica.

Históricam­ente, secta es el grupo que se separa de otro, lo que implica analizar los orígenes e historia del grupo que se conceptúa como secta, para ver si realmente se separó del tronco de una religión. Si no hay tal separación, se falta tendencios­amente a la verdad.

Sociológic­amente, es un grupo hermético, que se enclaustra y evita darse a conocer al mundo. Para saber si estamos ante una secta, debemos ver si lo que calificamo­s como tal es un grupo que opera en secreto o en claustros semejantes a los que fundaron las órdenes religiosas de la iglesia mayoritari­a.

Jurídicame­nte, la Constituci­ón y la Ley de Asociacion­es Religiosas y Culto Público (LARCP) reconocen en México la existencia de iglesias y asociacion­es religiosas. Para estos ordenamien­tos jurídicos no existen sectas.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico