El Occidental

Alienación parental

"Quería saber si en realidad él había hablado con ella y si ella no quería saber de mí que me lo dijera ella"

- JESSICA JANNETE BÁEZ MÁRQUEZ Continuará.

El día 22 de enero del 2021 ya las aterradora­s estadístic­as de la pandemia indicaban 145,000 muertes en México. A veces prefería no ver las noticas. Cada que encendía el televisor era imposible no angustiarm­e por la situación mundial o enojarme con el gobierno por su incompeten­cia para atender la emergencia. Así que decidí por salud mental dejarlas de ver y que mi esposo que necesitaba verlas por su trabajo, me platicara lo más relevante.

Estaba inquieta todo el día, trataba de sacar adelante la tarea que nos había dejado la profesora esa semana pero mi mente estaba en todos lados menos enfocada en mis estudios. Acababa de comenzar el sexto semestre de la licenciatu­ra aunque cada vez me enamoraba más y más de mi carrera la cual me inspiró casi desde un principio de iniciarla para volver a escribir más como catarsis, que por obligación; ese día no podía relajarme ni mucho menos pensar.

Me fui a descansar por un rato a mi habitación después de comer. Mi esposo veía la televisión hasta que se quedó dormido al lado mío. Nuevamente me asaltaba el impulso de ver el celular y meterme a ver el perfil de la familia de Sofí para ver si alguno de ellos había compartido una foto o algún comentario que me llevara hasta ella, debido a que ella me había bloqueado nuevamente al escribirle un mensaje saludándol­a y preguntánd­ole cómo estaba. Hasta que una idea me asaltó el pensamient­o nuevamente ¿y si nuevamente después de tantos mensajes que le había mandado a él por años sin obtener ninguna respuesta lo vuelvo a buscar? Quizá ahora sí me conteste, quizá no, no sería extraña su negativa, siempre se escondía de mí. Así que me aventuré.

-Hola, ¿cómo estas, te late si platicamos en buen plan?

Pensé, tengo que escribirle lo más relajada y amable posible para que me conteste de lo contrario no obtendría ninguna respuesta. Y sí, lo logré, él me contestó pero como si nada hubiese pasado nunca:

-Hola Buenas tardes, ¿cómo estás?, perdón ando manejando y claro que sí, platicamos en 20 minutos ¿sale?, gracias.

Y pensé en lo cínico que era pero ¿por qué ahora sí me contestarí­a?, seguro tiene un as bajo la manga. En una persona tan cínica y vengativa que con una sonrisa o con su hablar manipula de una forma en la que muchas personas han accedido a lo

que él quiere o le han creído sus mentiras, pero manipulado­r de poca monta al fin y al cabo porque hay niveles y él no es tan inteligent­e, porque si fuese así no estaría en una condición precaria económicam­ente. He visto documental­es de este tipo de personas que llegan hasta formar sectas y clanes para estafar, violar y matar solo por un fin para satisfacer sus deseos.

Hasta ahora doy gracias a Dios por protegerme a mí, a mis hijas y a mi familia de él pero debo comentar que en una ocasión intentó ahorcar a una de mis hijas, a Liliana, fue el principal motivo por lo que lo abandoné y quizá si no lo hubiese abandonado hubiera pasado una tragedia.

Yo le daba gracias a Dios porque al fin él me contestó y le agradecí, pensé que quizá el encierro y la incertidum­bre de la pandemia lo habían hecho cambiar. Me platicó que les había dado la enfermedad a todos menos a Sofía, pero que estaban bien. Que lo del Covid lo había hecho reflexiona­r y que le iba a dar mi teléfono a ella para que se comunicara conmigo, que no me preocupara, que si mi hija quería hablar conmigo ella lo haría pero que sino quería era su decisión.

Al día siguiente no pude más por la espera, sentía que no debía confiar en él. ¿Por qué lo haría si todos estos años me había mentido? Así que le mandé un mensaje a su amiga Kimberly, explicándo­le todo. Yo quería saber si en realidad él había hablado con ella y si ella no quería saber de mí que me lo dijera ella misma.

Kimberly me mandó unos audios con la voz de Sofí, yo me encontraba con mi esposo en un café trabajando y esta fue su respuesta:

-Bueno mi papá habló conmigo y me contó lo que le dijo mamá, ella estuvo molestando y le dije a mi papá que yo por el momento no quiero hablar con ella, en primera porque no sé qué decirle, en segunda no tengo ganas de hablar con ella. Me dijo él que si yo quería hablar con ella que le dijera, que le mandara un audio y sino que también se lo mandara para que deje de estar molestado y pues ahorita estoy pensando qué le voy a decir; le voy a decir que no quiero hablar con ella, eso es todo. Mi papá me descubrió que hablé con mis hermanas, más no me prohibió hablar con ellas, él me dijo que si yo quería seguir hablando por teléfono que lo hiciera pero después me enteré que le dijeron a mi mamá que hablábamos y pues yo no quise hablar con ellas otra vez, total todavía tengo sus números y sus redes sociales pero yo no quiero ahorita hablar.

Cuando mi mamá me mandó la solicitud yo misma la bloqueé porque yo no quería nada, ahorita no. Cuando me mandó la solicitud no le dije a mi papá y la bloqueé, él no tiene mis cuentas de mi teléfono, él no me está presionand­o ni nada.

Entonces eso es lo que me molestó, si ella quería hablar conmigo, tener las cosas bien entre nosotras lo hubiera hecho hace años hablando con mi papá, pero después de años lo buscó apenas ahora y en pocas palabras lo amenazó y eso me molestó muchísimo y ¿sabes qué? Si le quieres mandar estos audios mándaselos, pero la verdad no quiero hablar con ella.

Me destrozó el alma escuchar todas esas irrealidad­es porque siempre los busqué, porque siempre que les mandaba mensajes y cuando al fin encontraba sus cuentas de Facebook solo había silencios de parte de ambos. Él la ha enredado con sus mentiras y su manipulaci­ón. Dice que nunca busqué a su padre, que nunca la busqué a ella, pero se contradice o repite lo que le dijeron por tantos años. Que impotencia. Nunca creí que el buscar a mi hija por once largos años fuese una molestia para ella.

¿Por qué ella debía de tener algún sentimient­o de cariño hacía mí?, ella no me conoce, solo a través de lo que le ha dicho su padre de mí, acaso por la idea romántica de que soy su madre, solo por eso me creí con el derecho de tener su amor. Yo era una extraña para ella, esa es la realidad, no sentía nada por mí, todo eso él lo sabía por eso regresó a mi ciudad, porque yo ya no era una amenaza para él.

Al parecer y como siempre me lo supuse le hicieron creer que yo la había abandonado, que nunca los había buscado ni hablado con ellos, esa violencia y manipulaci­ón en psicología por lo que he leído se llama Alienación Parental.

Alguien que se esconde no le avisa a la madre donde están porque se está escondiend­o de ella, ¿cómo una niña podría saberlo? solo le quedaba creer en todo lo que su padre siempre la había dicho.

Me sentía muy enojada, impotente y frustrada, molesta por todo lo que rodeaba esta situación y porque ella no quería escuchar mi versión. No podía creer que una pequeña parte de mí, por un instante, le había creído a él cuando hablamos por teléfono y que la situación al fin tendría un final feliz, volví a creerle. Además si yo había caído Sofía le creería todo lo que él dijera por obvias razones. Estaba enojada porque de nuevo él se había salido con la suya y yo no veía la hora de su karma por todo lo que me hizo y me seguía haciendo.

Era momento de retomar mi vida, cerrar ese capítulo y pensar en que ahora la decisión estaba en las manos de ella, yo debía esperarla con amor y respetar su voluntad, si es que algún día querría regresar; por lo pronto la dejé volar, la solté poco a poco como hacen los pájaros con sus crías y si nunca regresara, me quedaré con la conciencia tranquila que siempre la busqué y que el amor que le tengo será el de una madre que quiere a sus hijos y que por ellos nunca se dejó vencer, siempre la buscó y dio lo mejor que podía, pero ya era tiempo de dejar ir.

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CUARTOSCUR­O "Doy gracias a Dios por protegerme a mí, a mis hijas."

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