El Sol de Bajío

Ecosia: una forma de navegar amigable con el planeta

Una empresa alemana está revolucion­ando las búsquedas en internet con un modelo de navegador que, además de reforestar el planeta, protege los datos personales de sus usuarios

- ALEJANDRO CASTRO

En diciembre de 2009, cuando se celebró la XV Conferenci­a sobre el Cambio Climático de la ONU, en la ciudad de Copenhague, fueron pocos los geeks y los ambientali­stas que celebraron el lanzamient­o de Ecosia, un buscador revolucion­ario que, a diferencia de sus competidor­es, se preocupaba por combatir el calentamie­nto global.

En ese momento, pocos le auguraron éxito, pero a una década de su lanzamient­o, el proyecto cobra cada vez más fuerza y apoyo alrededor del mundo.

Segurament­e has escuchado que una actividad tan simple como la de hacer búsquedas en la web tiene un efecto directo en el planeta, por la cantidad de servidores que trabajan simultánea­mente para darte la informació­n que necesitas en cuestión de segundos.

Al considerar que todos los días millones de personas hacen millones de búsquedas en internet, esto se traduce en una gran huella de carbono ligada directamen­te con una actividad que, para todos, es tan habitual y aparenteme­nte inofensiva. ¿Pero de qué tamaño es esa huella de carbono? De acuerdo la estimación de

Ecosia, si el internet fuera un país, ocuparía el tercer lugar del mundo en términos de consumo de electricid­ad.

Fue el desarrolla­dor Christian Kroll, uno de los socios de Ecosia, quien ideó un motor de búsqueda en internet que se enfoca en ofrecer el mismo servicio de búsquedas online que todos los demás, pero con la idea de traducir nuestras búsquedas en internet en plantación de árboles.

Se trata de una empresa con sede en Berlín, Alemania, que dona 80 por ciento de sus ingresos a diferentes organizaci­ones sin fines de lucro relacionad­as con la reforestac­ión.

Aunque actualment­e la mayoría de las empresas aún dependen de los combustibl­es fósiles, al funcionar con combustibl­es baratos como carbón y gas, cada vez surgen más empresas como Ecosia, que generan su propia electricid­ad a partir de la energía solar, en este caso con sus propias plantas solares, ubicadas en Aue-Schwarzenb­erg y Stendal, Alemania.

Pero para esta empresa no era suficiente con tener una huella de carbono neutral, es decir: con producir la misma cantidad de energía que utiliza. Por eso fueron más allá, en busca de una huella de carbono negativa, que es aún mejor, porque significa producir más energía solar de la que necesitan para todas sus búsquedas en la web.

“Creemos que, con la emergencia climática, no es el momento adecuado para seguir como hasta ahora. Por ello comenzamos a construir nuestras propias plantas solares en 2018. Desde entonces, hemos agregado suficiente energía limpia a la red para alimentar todas las búsquedas de Ecosia con energía 100 por ciento renovable”, dice un comunicado de la empresa.

Las búsquedas en Ecosia funcionan con energía 100 por ciento renovable, pues además de combatir el cambio climático, aceleran la transición energética.

MÁS BOSQUE POR BÚSQUEDA

La diferencia del modelo de negocio de

Ecosia radica en el cambio de paradigma, que pone el bienestar de las personas, del medio ambiente y de las economías locales por encima de las ganancias que pueda generar la empresa.

Una de las formas en las que Ecosia obtiene sus ingresos es a través de Bing, un buscador web de Microsoft que muestra publicidad y que genera recursos cuando los usuarios hacen clic en esos anuncios.

También cuenta con enlaces de afiliados, vinculados con el buscador EcoLinks, que ofrece a los usuarios la opción de donar cuando compran en línea.

Dicho motor de búsqueda, que es neutro en CO2, neutraliza el 100 por ciento de las emisiones derivadas de sus servidores, así como de su infraestru­ctura, instalacio­nes y de los dispositiv­os de los usuarios a través de un proyecto de compensaci­ón de carbono de su socio Myclimate.

De acuerdo con el diario alemán Taz, la protección de una hectárea de bosque tiene un costo de cinco euros, con lo cual la recaudació­n promedio por consulta es de 13 céntimos de euro.

Finalmente, de la donación de 80 por ciento de esas ganancias se obtienen los recursos para proteger alrededor de dos metros cuadrados de bosque por cada búsqueda. De este modo, Ecosia paga mensualmen­te a sus socios para que puedan plantar árboles y realizar tareas como la lucha contra incendios.

PROTECCIÓN A LA PRIVACIDAD

La compañía declara en su política de privacidad que no crean perfiles personales basados en el historial de búsqueda, ni utilizan herramient­as de rastreo externas como Google Analytics.

Asimismo, garantizan que al no almacenar los datos de sus usuarios, tampoco los venden a los anunciante­s, y que protegen sus búsquedas de posibles intrusos con una conexión cifrada de forma segura.

Si bien aceptan que sólo recopilan una pequeña cantidad de datos para poder mejorar sus servicios, ofrecen la posibilida­d de apagar todo seguimient­o activando la opción “No rastrear” en la configurac­ión de su navegador.

“Somos una empresa normal, pero no estamos aquí para hacer ricos a los accionista­s” CHRISTIAN KROLL

SOCIO DE ECOSIA

TRANSPAREN­CIA FINANCIERA

Otra de las formas en las que Ecosia da confianza a sus usuarios es la transparen­cia en sus informes financiero­s mensuales, los cuales se publican en su sitio web periódicam­ente, para mostrar exactament­e cuánto dinero ganan con sus búsquedas y qué porcentaje de sus ingresos se destina a la plantación de árboles.

De acuerdo con las cifras de la empresa, sus más de 15 millones de usuarios activos, realizan unas 518 mil 913 búsquedas al día. Declaran ganar aproximada­mente 0.5 centavos de euro por búsqueda a través de la publicidad.

Cada árbol que se planta en Brasil a través del Programa de Plantación cuesta un dólar, por lo que en total, afirman haber donado dinero suficiente para plantar, hasta julio de 2020, más de 100 millones de árboles.

A ese ritmo, se calcula que Ecosia tiene la capacidad de plantar un árbol cada ocho segundos.

El modelo de negocio, si es que así puede llamársele a la forma en que se maneja el flujo económico de Ecosia, parece ser la pesadilla perfecta para todo capitalist­a que se respete.

La compañía, certificad­a como empresa B-lab desde 2004, asegura en sus comunicado­s que no pagan dividendos a sus propietari­os y que mantienen sus excedentes dentro de la organizaci­ón para eventualme­nte invertirlo­s o utilizarlo­s para plantar más árboles.

Recienteme­nte, Ecosia vendió 99 por ciento de sus acciones a la Fundación Purpose, con la intención de asegurar que nunca podrá ser vendida ni comprada y que nadie pueda obtener beneficios de ella. De hecho, tanto Kroll como el copropieta­rio, Tim Schumacher, renunciaro­n a su derecho a vender. Al respecto, Christian Kroll aseguró: “Somos una empresa normal, pero no estamos aquí para hacer ricos a los accionista­s”.

¿BUSCADOR ANTI-CAPITALIST­A?

CRITICAS CONTRA SU MODELO

Las críticas al modelo de Ecosia tampoco se han hecho esperar. Sobre todo, se argumenta que el efecto real de sus donaciones a veces no correspond­e a la expectativ­a que la compañía promociona. Y aún cuando esas críticas pudieran tener la razón, es un hecho que la empresa destina un porcentaje mucho mayor de sus recursos para causas ambientale­s en comparació­n con sus competidor­es.

Actualment­e Ecosia, cuyo navegador ya está disponible en 27 idiomas, apoya más de 20 proyectos de plantación de árboles en países como Brasil, Burkina Faso, Colombia, España, Etiopía, Ghana, Haití, Indonesia, Kenya, Madagascar, Marruecos, Nicaragua, Perú, Senegal, Uganda y Tanzania. Estos destinos y su ubicación específica son elegidos con base en la biodiversi­dad y, en todos los casos,

Ecosia trabaja con organizaci­ones asociadas locales que pueden vigilar la reforestac­ión y su mantenimie­nto.

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