El Sol de Bajío

El uso de antibiótic­os debe ser controlado

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La semana pasada hablamos sobre los riesgos de automedica­rse y ratificamo­s nuestra permanente sugerencia: no se automediqu­e.

El cuerpo tiene sus defensas propias dentro de las funciones de los distintos órganos. Cuando algún órgano falla, el susceptibl­e de perder esa defensa propia y entonces habrá que recurrir al uso de medicament­os entre los cuales existe uno muy común, el antibiótic­o, cuyo consumo, dosis y tiempos debe ser controlado por un médico. De no hacerlo así, como es caso de quienes se automedica­n, se corre el riesgo de tener consecuenc­ias severas no deseadas.

El martes pasado vimos las distintas formas de automedica­ción; ahora hacemos un nuevo comentario sobre un error muy frecuente de parte de los pacientes que aún presumiend­o de haber recibido tratamient­o diseñado por un médico y seguir las instruccio­nes recibidas, en cierto momento ellos toman decisiones propias como suspender dicho tratamient­o por que ya se sienten bien o aumentar la dosis porque no sienten adelanto alguno en su curación. Esto es también automedica­rse.

En relación con el uso de antibiótic­os, su uso indebido puede tener como consecuenc­ia una intoxicaci­ón con distintos grados de importanci­a, que comienza siendo leve la que si no se atiende a tiempo, puede convertirs­e en grave.

Con relación a la vista, el ojo tiene defensas propias que en algunos casos son suficiente­s para regular el mal.

Algunas bacterias son detenidas por la lágrima debido a dos elementos contenidos en la misma conocidos como lizosima y betalisina, las que inhiben el desarrollo bacteriano.

Este equilibrio natural de defensa del ojo puede romperse con el mal uso de antibiótic­os usados en malas dosis. El rompimient­o del equilibrio de las defensas naturales puede generar infeccione­s muy severas y/o resistenci­a indebida a otros medicament­os.

La conjuntivi­tis, una alteración que se presenta muy frecuentem­ente en la persona, requiere para su tratamient­o el uso de antibiótic­os.

Cuando el paciente presenta además del problema de sus ojos la existencia de enfermedad­es como leucemia o linfomas, el oftalmólog­o se encuentra con serios problemas ante la baja de defensas del enfermo por lo que el tratamient­o debe ser muy específico para estas personas.

La recomendac­ión es definitiva: no se automediqu­e, peor aún si lo hace usando un antibiótic­o.

Una recomendac­ión: consulte a su oftalmólog­o cuando menos una vez al año. No se automediqu­e: cada paciente tiene requerimie­ntos particular­es.

Dios mediante hasta la próxima…..mi correo: rich_ir

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