Coincido con el rector Enrique
Graue Wiechers quien le dijo al Presidente electo Andrés Manuel López Obrador que la Universidad Nacional Autónoma de México es débil, en el sentido, creo, de que es una especie de manjar de dioses para los “porros”, los alborotadores que se venden al mejor postor y los que tienen “vocación” de politiqueros serviles, brujuleros sin escrúpulos.
mayor énfasis, que la Universidad es un elemento fundamental del cambio, sin compromiso político, en el pleno ejercicio de su autonomía y esgrimiendo la libertad de cátedra y de investigación como privilegio de la juventud estudiosa e instrumento precioso, excelente, en las manos de profesores e investigadores. Fortaleza incomparable que la hace tentación perversa y la vuelve debilidad en los débiles.
Sí, débiles que se creen fuertes porque no distinguen la herencia cultural de México de su ignorancia que esgrime la violencia como “razón” de su sinrazón. Defendamos la razón fundamental que es el blasón que enmarca nuestro linaje, ascendencia y descendencia que es el espíritu de México. ¡Fuera porros! ¡Fuera violencia! Que impere el Derecho en una investigación clara, transparente, difundida ampliamente. Que no haya secretos que se escabullan de la verdad. La Universidad ha hablado: “Las investigaciones sobre el particular deben ser a fondo y hasta sus últimas
que se creen fuertes porque no distinguen la herencia cultural de México de su ignorancia que esgrime la violencia como “razón” de su sinrazón.
consecuencias para dar castigo a los responsables”. Los universitarios hacemos nuestras las palabras del Presidente electo ratificadas por el rector Graue Wiechers: “En la Universidad no prosperará ningún intento de desestabilización”. La unidad de los jóvenes nos ampara junto con el apoyo total de profesores, investigadores y trabajadores.