Luz y sombra, participación de la mujer en la política
La magistrada del Tribunal Electoral del Estado de Durango, Magdalena Alanís Herrera, egresada y catedrática de la Universidad Juárez, tuvo una importante participación en un panel sobre derechos de las mujeres, que generó altas expectativas, llevado a cabo en el marco del III Seminario Internacional de Derechos Humanos y Cultura Constitucional, organizado por la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la máxima casa de estudios en el estado.
En este evento, presidido por Edgar Alán Arroyo Cisneros, en su carácter de encargado del despacho de la rectoría de la máxima casa de estudios en el estado, también participaron destacadas estudiosas del tema, como la ya mencionada Magdalena Alanís Herrera y las invitadas especiales, maestra Elisa Yllán, de la Universidad del Valle de México, y de la Universidad Autónoma de Colima, Paloma Lugo, mismas que se reunieron en el auditorio “Esperanza Isaís de Gallegos” del Tribunal Superior de Justicia, para hablar -desde su punto de vistasobre los derechos de las mujeres.
Magdalena Alanís Herrera, destacada universitaria juarista, tituló su participación “El rostro de los derechos de las mujeres en México”, en la cual habla de diferentes tópicos referentes a las circunstancias que han incidido para que en la actualidad la participación política femenina en el país no sea halagüeña, ya que en pleno 2018 se ha dado el fenómeno de la renuncia de 30 mujeres electas para regidoras o diputadas en Chiapas, con lo cual aparece la figura de la violencia política.
Sin embargo, señala que hay una mayor presencia femenina en las legislaturas, la cual sólo pudo darse a través de la obligatoriedad de la igualdad de género, pero la presencia de mujeres sigue siendo escasa en la titularidad de los ayuntamientos, la integración del cabildo y como titulares del Ejecutivo en los estados, por tanto sigue habiendo luz y sombra y no se reconoce a naturalidad plena la participación política de la mujer.
Según Felipe de la Mata Pizaña, magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial, dijo Alanís Herrera, a pesar de los reiterados problemas que pueden apreciarse en la participación política de la mujer, los discursos parecen haberse llenado de una retórica triunfalista. En paralelo suenan expresiones como ¡la paridad llegó para quedarse!, ¡sin mujeres no hay democracia!, ¡estamos en la época de la democracia paritaria! La práctica y el discurso difieren: la brecha de implementación continúa a pesar de las victorias pírricas peligrosamente autocomplacientes.
Y agrega: ante este desafortunado juego de sombras y simulaciones, las autoridades electorales han actuado llenando vacíos legislativos y procurando el cumplimiento de una paridad real que empodere políticamente a las mujeres y no sea una simple fachada.
Las cuotas electorales eran insuficientes en el inicio. A cuatro años de su inclusión en la Constitución, la paridad tampoco parece poder garantizar del todo el acceso igualitario a los cargos de elección popular, por ello el TEPJF estableció algunas medidas para garantizar una política más igualitaria previo a 2017, por ejemplo: registros de candidaturas alternadas y con fórmulas del mismo género; la paridad vertical y horizontal; evitar su concepción estrecha, se ha quedado corta y es insuficiente, acotó.