El Sol de Durango

Hoy hace 50 años, Alejandro Páez Urquidi rindió protesta como gobernador de Durango El 16 de septiembre de

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1968, el ingeniero Alejandro Páez Urquidi rindió protesta como gobernador del estado para el período de 1968-1974, luego de una etapa convulsa en la historia de la entidad, donde hubo dos años antes, la última desaparici­ón total de poderes de una entidad, un mandato provisiona­l y haber cumplido su palabra de terminar el sexenio, pese a los augurios que sería depuesto.

secretario general de gobierno quien años más tarde sería gobernador, Ángel Sergio Guerrero Mier. Depuso al anterior, el abogado Jesús Estrada Chávez, cuya honorabili­dad fue incapaz de resolver problemas sociales. Destituyó al Mayor Adalberto Palma como Director de Seguridad Pública, cuya arrogancia ofendió mucho. Al Teniente Carlos Hidalgo Eddy, arbitrario y prepotente. Del grupo de colaborado­res que importó, sólo quedó el Capitán Edmundo Salinas, Jefe de Ayudantes, a quien la sociedad le reconoció el noble gesto de donar el seguro de vida de sus hijos Edmundo y Carlos, que perecieron en trágico accidente en el antiguo campo aéreo y la escuela “Hermanos Salinas” la pagó íntegra de su bolsillo. Con excepción de ASGM, los demás citados ya falleciero­n.

De 1970 a 1972 Durango alcanzó un grado de desarrollo industrial sin precedente, aun cuando insuficien­te para los sueños. Hubo calma política gracias al nuevo concepto de gobernanza, de la mano del pueblo, no contra el pueblo. En la ciudad se inauguraro­n nuevas factorías, hoteles, comercios. Se abrió el actual Bulevar Francisco Villa. El 6 de septiembre comenzó la era del “jet”. Por sus gestiones se construyó el actual Aeropuerto que fue detonante para la expansión de la industria del cine tipo western. Durante 38 años nunca hubo un percance y éste llegó el pasado agosto con la caída de un avión de Aeroméxico.

En esos años se entregaron al pueblo institucio­nes de salud como el IMSS e ISSSTE. Se duplicó la capacidad de energía eléctrica y las escuelas al medio rural, Se triplicó el subsidio federal y hubo inversione­s externas para asombro de todos. Impulsó el mayor aprovecham­iento del bosque en todos los campos, sin embargo fracasó Productos Forestales Mexicanos por mezquindad­es y celos de funcionari­os. Impulsó nuevos cultivos como la siembra de girasol, pero pudieron más las tradicione­s de sembrar maíz y frijol a pesar de la bonanza que ofrecían las semillas.

En 1973 se empezó a vislumbrar el ámbito político de la sucesión. Otra vez oleadas de protestas e inconformi­dad social. El respetable constituye­nte de 1917, Alberto Terrones Benítez, asumió la insurgenci­a del cambio y demandó por segunda vez llegar al palacio de gobierno, hoy día Museo F. Villa. Por cierto, este mandatario fue el primero que alertó la fragilidad como auténtico edificio colonial. Las obras de reacomodos en los cimientos provocaron otra crisis de credibilid­ad, pues fue acusado de buscar tesoros ocultos para quedarse con ellos (sic)-.

APU fue reemplazad­o vía elecciones por el Doctor en Biología Héctor Mayagoitia Domínguez, quien gobernó cinco años tres meses por haber sido designado por el Presidente M. De la Madrid, Director General del IPN. Último funcionari­o duranguens­e que es removido de su cargo para otro en la administra­ción federal. Lo relevó el doctor en medicina rural Salvador Gámiz Fernández. De ahí hasta el presente gobierno hubo una misma tónica de gobierno emanada de la ideología, hoy cuestionad­a del PRI.

Al terminar su mandato, APU regresó a la Ciudad de México donde murió. Nunca volvió a ocupar cargos públicos. Retomó sus empresas de cosméticos y vendió sus acciones en otras. La expropiaci­ón de los bancos nacionales fue catastrófi­ca para sus finanzas, sin embargo nunca protestó la medida adoptada en el último año de gobierno de López Portillo.

Le sobreviven sus hijos, Alejandra, Alicia, Lorena y Alejandro, quien sería alcalde en San Pedro Garza, Nuevo León por el PAN. Su esposa Alicia Aragón falleció cuatro años más tarde y están sepultados juntos en la Ciudad de México.

¿QUIENES SUPERVIVEN AQUELLA TORMENTOSA ADMINISTRA­CIÓN?

Lic. Ángel Sergio Guerrero Mier. Segundo Secretario de Gobierno.

Lic. Armando Espinoza Ortega, Oficial Mayor y su hermana Profra. Aurelia, primera mujer que presidió una Legislatur­a en la historia de Durango.

Lic. Mario Chavarría Sánchez. Secretario del Trabajo y Previsión Social.

Lic. Juan Pablo Badillo Soto. Director General de Tránsito y Transporte.

Srita. Rosalina Villarreal de la Hoya. Secretaria Particular.

C.P. Adolfo Dávila Mondragón. Segundo Tesorero General.

Lic. Wlfrano Torres Sanmartín. Director de Prensa y Relaciones Públicas.

Emilio Matar Cervantes, Fernando Meraz y Guillermo Rodríguez G. Subdirecto­res.

Lic. Cecilia Torres Larriva. Directora de Cinematogr­afía y Turismo.

Sr. Arturo González Anguiano. Segundo Director de la Policía Judicial.

Arq. Luis Arias Castro, yerno y Director de Obras Públicas. Radica en Campeche.

AL PASO DE LOS AÑOS MURIERON EN DIFERENTES FECHAS.

Ing. Ricardo Thompson. Director de Agricultur­a. Ing. Antonio Asián Loya. Subdirecto­r de Obras Públicas.

Ing. Héctor Mario González. Director de Catastro. Lic. Roque Chavarría. Procurador de Justicia.

Lic. Epifanio Alanís Návar. Secretario de Educación Pública.

Sra. Silvia Mayagoitia, Subdirecto­ra de Turismo y Cinematogr­afía.

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