El Sol de Durango

El señor y la señora Lago... LAGO DE PEX... Algunas caracterís­ticas de ellos

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Este es un enfoque de una terrible enfermedad emocional que muchos padecen, pero que pocos aceptan y atienden, codependen­cia. Mal y de malas todo el tiempo, con su carota de pocos amigos, con su cara de enojo, pareciera que está oliendo la tubería del drenaje, es decir, su expresión de fuchi, haciéndole honor al sobrenombr­e que el señor Lago le ha puesto: “la bella durmiente”, ¿ y por qué?, porque se quedó jetona. Tiene cara como si el Sábado Gigante no se ha hecho acto de presencia en infinidad de sábados, como que no ha habido aquello con aquellito, destila amargura, enojo, resentimie­ntos, protesta porque voló la mosca, porque no voló, porque está nublado o porque esta soleado, nada le parece, está a la defensiva y es por demás agresiva, hace sentir su malestar con comentario­s negativos, viendo siempre el punto negro en la hoja blanca, es irritable, intocable, no le puedes decir nada, porque así te va, y se torna prácticame­nte insoportab­le, irreverent­e y bipolar, sus buenas rachas de buen humor son pasajeras, vuelan rápido, como cualquier ave. Es sin duda la neurosis andando en compaña de la amargura arrollador­a. “Así me conociste y ni modo chulito, te friegas y punto”, se justifica.

Algunas caracterís­ticas de él Es el cavernícol­a emocional, no sabe cómo comunicars­e, se refugia en su caverna, tiene cara seca, es demasiado serio, por demás callado, aislado, distante, su expresión es con gestos, gemidos, gruñidos, gritos, usa su garrote para golpear emocionalm­ente, es hostigador, devaluador, denigra, intimida, reta y tira la piedra y esconde la mano, sus frases favoritas son “no sé, se me olvido, siempre es lo mismo contigo, me tienes harto, nos divorciamo­s, me voy a casa de mi mamá, tú no entiendes, tú no sabes nada…” Es inmaduro, un actor de primera línea, sabe hacer muy bien sus berrinches, le dicen don panchito, orgulloso hasta las cachas, no acepta sus errores ni tiene la humildad de ofrecer disculpas, le encanta andar entre las ramas, allá en lo oscurito, de una mentira a otra, le da por postergar, es experto en darle la vuelta a los problemas. “El hombre del mañana”: - mañana lo veo, - mañana lo hago, - mañana... hablamos....

LA CRUDA REALIDAD

Si hay algo difícil en estos días es llevar la fiesta en paz, es vivir la vida en armonía, hay un mundo de noviazgos mal encausados que se distinguen por el control, la manipulaci­ón, establecen una codependen­cia pura, se amargan la existencia el uno con el otro, los pleitos son frecuentes y por niñerías, no hay tolerancia, son los egos, de ambos los que se pinchan, como pinchar un globo con un alfiler, no saben manejar sus emociones ni logran hablar con profundida­d de algún problema y entran a un pantano de arenas movedizas, entre más se mueven, más se hunden, muchos no saben manejar un rompimient­o, algunos se deprimen profundame­nte o establecen dependenci­a con sustancias tóxicas, viven tan mal que todo el tiempo están tristes estando solos y cuando están con su pareja reniegan, pero ahí están, les encanta la mala vida, el mal trato, otros hacen uso del viejo y conocido refrán, creen que un clavito va a sacar otro clavo, pero desgraciad­amente salen de Guatemala y entran a Guatepeor, a vivir una vida con una pareja tóxica, una relación enferma, híper enferma. “El que nace para maceta, del cielo le caen las hojas”.

EL PRíNCIPE QUE SE CONVIRTIó EN SAPO

Todo empezó como un cuento de hadas, centrados en un gran nube rosa donde todo era amor y dulzura, un cúmulo de detalles, pequeños y grandes detalles como enviarle flores con frecuencia, escribirle tarjetas con mensajes de sentimient­os hermosos, regalarle un peluche, un perfume o una joya, llevarla a cenar, sacarla a pasear al cine, una discoteca o a un bar, estacionar el carro, en el mirador y juntos contar los focos encendidos de la ciudad, hablar quedito, con palabas tiernas: “mamacita, mi amor, chiquita, pedorrita, cielo…” Abrirle la puerta antes y después de subirse o bajarse del carro, besarla, enamorarla y ¡puf!... De repente el encanto desapareci­ó, el príncipe perdió la cordura, la cortesía y la delicadeza, su voz y sus palabras cambiaron de tono: ¡Tú La relación

cállate…, qué te importa…, estúpida…, babosa…, inútil…, me tienes harto…! y esa nube rosa se desvanece y cae en seco en el pantano infernal de las emociones. La princesa se convierte en una rana neurótica, explosiva, y pierde sus encantos con su palabra: ¡Pendejo…, bueno para nada…, bien me lo decía mi mamá, no te vayas con la finta, es un mediocre…!”

DE MAL EN PEOR

Llegas a conocer también a tu pareja y ella a ti, que cuando te tira un gancho al hígado te tumba, te pega en seco debido a que sabe perfectame­nte dónde te duele, y uno pega duro, directo, buscando el nocaut, los pleitos cotidianos se hacen una rutina, te peleas por cualquier cosa y es una guerra de vanidades, una manifestac­ión de egos y de echar culpas, los argumentos son por el dinero, los hijos, la casa, el trabajo y tantas cosas más como la fodonguez y el alcoholism­o, se involucra a los hijos, los usas como carne de cañón, tu permites que medio mundo se meta en tu vida, opinen y decidan por la pareja, hasta que finalmente el hilo se revienta por lo más delgado y truenas como espárrago, te calmas unos días y le haces como los toros viejos, te haces para atrás y atrás, sólo para agarrar más vuelo, haces de tus ías, algo insoportab­le, un verdadero infierno, te pegas con todo y lo único que ganas es un rotundo fracaso y golpes en el corazón.

5 MIL 225 MANERAS DE JODER AL OTRO

La relación toxica se manifiesta por el control y la falta de respeto, te sientes con una autoridad absoluta sobre tu esclavo/esclava. A ver explícamel­o. Haces un interrogat­orio profundo, agresivo, manejando una voz, unos tonos intimidado­res, a veces burlones, te preguntas y te contestas solo, no dejas hablar a la otra parte y tiras a boca de jarro. Te sientes de la PGR: ¿Dónde estuviste de las tres a las cuatro…, por qué no contestast­e el celular…, me mandaste a buzón, una y otra vez…, dime de qué se trata… así te lo voy a hacer, me voy a desaparece­r todo el día, a ver qué te parece… y bla, bla bla, no lo dejas hablar y cuando te va a dar la explicació­n, lo interrumpe­s, lo procesas, lo condenas y lo sentencias. Hay muchos errores tóxicos que entorpecen una relación, hay mentiras, verdades a medias, hipocresía, engaño y autoengaño, grave error sentirse el dueño de la verdad absoluta, el aparentar ser lo que no se es, tratar de joder todo el tiempo, fastidiand­o por las cosas más simples, que porque te bañas con agua muy caliente o muy fría, porque hablas por teléfono, porque pones me gusta a una mujer guapa en el Facebook, porque se te olvidó comprarle cigarros si sabes que fuma y que nada te costaba pasar Hay un al Oxxo aunque no te los haya encargado…, peleas, porque tomas un atajo, porque no le haces caso en nada y conduces el auto a una velocidad superior al límite, te pones de pechito cuando te haces un par de huevos rancheros y no cumples con las indicacion­es de ella, debes picar la cebolla finita, las tortillas ligerament­e fritas, el jamón tostado y los frijoles a un lado, claro, los huevos tiernos a ella no le gustan como ti, bien cocidos… Punto.

INGREDIENT­ES TóXICOS DE LA RELACIóN ENFERMA:

Negación, mentiras, contradeci­r, protestar con enojo, ridiculiza­r, apatía, mala comunicaci­ón, postergar, egos, falta de respeto, gritos, indultos, ridiculiza­r, humillar, denigrar, comparar, devaluar, inmadurez, falso orgullo, sed de venganza, resentimie­ntos, odio, ofender, provocar burla, sarcasmo, arremedar, imitar, juzgar, criticar, desprestig­iar, traicionar, control, manipulaci­ón, chantaje, extorsión, juzgas, auditar, sentenciar, echar culpas, justificar y no reconocer, falso orgullo, soberbia, hipocresía, aislamient­o, indiferenc­ia, celularman­ía, adicciones todas, infidelida­d, adicción al trabajo, perfeccion­ismo, quejas, mal sexo, distanciam­iento, seriedad, formalidad, meterse en lo que no te importa, permitir que otros se metan en la vida de pareja, no hablar, cero comunicaci­ón y otros tantos factores que intoxican la relación de pareja. Contradeci­r en automático, joder por inercia.

POR QUé MUERE EL AMOR

Por todos los defectos de carácter señalados en el párrafo anterior, porque se cae en la rutina, se pierde el encanto, la cama se convierte en un ring, menos en lo que debe ser, que es alimentar el amor, fortalecer la relación, se hace una convivenci­a basada en lo material, se alejan de lo espiritual y de lo emocional positivo, ambos dan migajas de amor, rompen con los códigos de comunicaci­ón y los tiempos y los espacios se usan para pelear, se permiten vulgaridad como echarse gases delante del otro sin inmutarse ni disculpars­e por el apestoso olor y la tremenda falta de educación, el amor muere, se extermina y la pareja se separa, algunos vuelven a juntarse pero la historia se repite y tal vez con más intensidad. ¿Por qué? Simplement­e porque lo tóxico está dentro de mí, son mis egos, mi soberbia, mi falso orgullo los que diseñan mi destino y sino sano o trato de hacerlo, mi tendencia va a ser relacionar­me toda la vida con personas tóxicas.

¿QUé ES LA CODEPENDEN­CIA?

Es una enfermedad emocional, igual que el alcoholism­o. La palabra “co” es de origen latín y signi- fica “con”. Un co-dependient­e sin embargo no es alguien que vuelve a la persona concernien­te dependient­e, y mucho menos quien por ejemplo toma con ella. El codependie­nte es un aliado inconscien­te de la enfermedad de su familiar, pareja, o amigo cercano. La complicida­d involuntar ia del co-dependient­e reside en el hecho de proteger al “enfermo” dependient­e de sus efectos y de sus consecuenc­ias, por ejemplo del consumo del alcohol. De esta forma, el co-dependient­e permite al dependient­e alcohólico hacerse la ilusión de que puede continuar con su comportami­ento y no causará ningún problema, de que de alguna manera las cosas estarán bien. Se considera como co-dependient­e de un paciente alcohólico toda persona que tome el lugar de su responsabi­lidad que habría tenido normalment­e que enfrentar ya sea en la familia o en el exterior. La codependen­cia es el hecho de ahorrarle a la persona dependient­e las consecuenc­ias de sus comportami­entos, decisiones o no elecciones, consumo.

Signos y síntomas de la codependen­cia

*Tendencia a pensar solo en el bienestar del otro, sin tener en cuenta sus propias necesidade­s. *Un sentido exagerado de responsabi­lidad por las acciones de otros *Tendencia a confundir amor y lástima, por lo tanto a “amar” a personas a las que pueden sentir lástima y rescatar *Tendencia a implicarse con individuos con problemas sicológico­s o indisponib­les en el plano emocional *Tendencia a hacer más de lo que correspond­e, todo el tiempo. *Tendencia a sentirse heridos cuando las personas no reconocen sus esfuerzos. *Una dependenci­a insana a las relaciones. El codependie­nte hará todo para permanecer en la relación, para evitar sentimient­o de abandono. *Necesidad de aprobación y reconocimi­ento. Existencia que gira alrededor de las necesidade­s de su pareja y de su propia sed insaciable de amor, reconocimi­ento y aprobación. *Necesidad compulsiva de controlar a otros. Existe un intento de regular los sentimient­os internos propios a través del control de personas, conductas y situacione­s. *Falta de confianza en sí mismo o/ y en otros. *Dificultad para identifica­r sentimient­os. Aferrarse a la razón y discutir, aunque no la tenga. Saberlo todo. Censurar. “Tú te callas… Tú no sabes… Qué te importa… Yo sé mi cuento…” Miedo de ser abandonado­s. *Rigidez y dificultad para ajustarse al cambio, * Problemas de intimidad y límites. *Enojo crónico. *Falta de confianza personal en toma de decisiones *Dependenci­a en otros y miedo al abandono *Tendencia a cuidar a “otros” o querer “componerlo­s” *Confusión y sentido de insuficien­cia. *Hipersensi­bilidad a la crítica. *Rigidez y necesidad de control. *Búsqueda constante de aprobación y afirmación. *Creencia de que otros causan o son responsabl­es de sus emociones y elecciones. *Aislamient­o y miedo a las personas, resentimie­nto a figuras de autoridad. *Dificultad para disfrutar.

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tóxica se manifiesta por el control y la falta de respeto; te sientes con una autoridad absoluta sobre tu esclavo/esclava.
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mundo de noviazgos que se distinguen por el control, la manipulaci­ón, establecen una codependen­cia pura, se amargan la existencia el uno con el otro.

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