La suspensión del plan B
Las campanas se echaron al vuelo el viernes 24 de marzo, la SCJN admitió la demanda presentada por el INE contra el llamado “plan B” y concedió la suspensión para el efecto de que las cosas se mantengan en el estado en que hoy se encuentran.
Me parece que el vuelo de las campanas es anticipado, si bien la suspensión es un hecho de relevancia, no debemos perder de vista que el fondo –la constitucionalidad o inconstitucionalidad del plan B- no se ha resuelto aún.
Es inconcuso que el presidente acudirá a todos los recursos a su disposición para debilitar al INE (fin último de las reformas propuestas) y constituirse en una especie de mala copia del priato.
Así pues, no sería extraño que la FGR o la UIF comiencen a hurgar en la vida del ministro Laynez buscando algún punto de quiebre que lo haga doblarse a la voluntad del presidente; por lo pronto la andanada de descalificaciones a los integrantes de la Corte comenzó desde el sábado por la mañana. Las consideraciones medulares del ministro Laynez fueron: La posible violación a los derechos político electorales que la Constitución le reconoce a los ciudadanos, sin dejar de lado la violación a los derechos de las y los trabajadores del INE que perderían su cargo o empleo como consecuencia de la reforma.
Partiendo de esta reflexión inicial que hiciera el ministro ponente, la sentencia que resolverá la controversia constitucional debe ser, sin duda, en el sentido de declarar la inconstitucionalidad del plan B, sin embargo, como sabemos, la litis no será jurídica sino política.
Veremos entonces si las y los ministros aguantan el vendaval de amenazas, improperios, bajezas y demás linduras que estila la 4T, por lo pronto vámonos despacio que esto recién comienza.