Carencia de fines objetivos y sentido de responsabilidad
En sus conferencias sobre El científico y el político, Max Weber consideraba como pecados capitales en el campo de la política, la falta de objetivos y de responsabilidad. Después Umberto Melloti, en su Sociología del Hambre, sostiene: En política cuando no hay proyecto, todo se vuelve operación y maniobra.
Afirma M. Weber que la falta de finalidades y ética de la responsabilidad regularmente coinciden. Estas carencias producen vanidad, la excesiva ambición de aparecer siempre en el primer plano, es lo que induce al político a cometer uno de esos pecados o los dos juntos. La falta de responsabilidad conduce al político a disfrutar el poder por el poder mismo, sin tener presente su finalidad. Tesis casi axiomáticas de un pionero de la sociología como ciencia.
La diferencia entre los políticos y los demás es la capacidad de resolver problemas, candidatos y funcionarios piden apoyo para ello. En el panorama local se pueden constatar la falta de oficio y e imaginación social. En Durango crece el cinismo y la simulación. Lo exhiben en la supuesta investigación de los robos y fraudes del sexenio anterior. Con reserva y timidez informó el fiscal anticorrupción que se abrió una carpeta -así le llaman de cajón ahora- contra el gobierno anterior, cuidándose de omitir a Aispuro. Que lo hicieron por una denuncia de la Rectoria de la UJED, como si no fuera su obligación por ministerio de ley.
A cuentagotas dosifican un caso de detención de un empleado de nivel medio cada vez que les apremia la molestia ciudadana. Las decenas de funcionarios beneficiados con los robos, andan tranquilos, platicando a quien quiera escucharlos que si deciden aplicar la ley saldrán a la luz apoyos del erario a la campaña por la gubernatura y sus intríngulis. En el caso terrible de las víctimas de meningitis irrita la incapacidad en la investigación del delito que conocían meses antes de rendir protesta. Y no pasanada, hasta que pase.
El presidente en su conferencia diaria domina la esfera de la opinión pública con cualquier tema o contra quien sea, y hasta trae a J. Biden como badajo de campana, un timorato que resultó el mejor aliado de López Obrador.
El presidente no declara de manera oblicua, sin cortapisas fustiga a la prensa, acción de provecho para el debate político. Opera con todo para ganar en el 2024, como se hace. Una reforma electoral tardía nos complica a todos, el “plan B” y su fracaso estaba cantado legal y operativamente, la reforma debió de iniciar al día siguiente de asumir el poder. Se ignoran enseñanzas del materialismo histórico, de cuando las condiciones objetivas coinciden con las subjetivas, cuando la conciencia social corresponde a la realidad.
Ningún cambio social pacífico se da sin base o masa crítica, sin prosélitos de mucha convicción, la política es ciencia y capacidad de maniobra de gentes adoctrinados en ideología, en concepciones sociales firmes y razonadas. La 4T que no es de izquierda-razón por la que los grandes empresarios están tranquilos- sólo ha emprendido modificaciones legales a una burocracia que no ha recibido cursos de actualidad o capacidad según las necesidades. La reforma electoral; no poder con el outsourcing; la salud, los medicamentos y la pandemia; la educación anacrónica, y otras tareas inconclusas se deben por no educar en política ni hacer política para educar según A. Gramsci.
Sin oposición, con el INE en veremos, sin organización en Morena y con una concepción democrática rupestre y pedestre, los riesgos crecen.
La diferencia entre los políticos y los demás es la capacidad de resolver problemas, candidatos y funcionarios piden apoyo para ello.