El Sol de Durango

Para muestra basta un botón: Coahuila

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Lo que era un secreto a voces, por fin, Marko Cortés hace público cómo la partidocra­cia se reparte al país, como si fuera un pastel. Todos sabemos que, en cada proceso electoral, los partidos forman alianzas y coalicione­s para repartirse gobernatur­as, senadurías, diputacion­es locales, federales y ya encarrerad­o el gato, las presidenci­as municipale­s. Hoy, gracias a que el PRI y el PAN, fueron juntos en la pasada elección para gobernador en Coahuila, conocemos el grado del cinismo de la clase política mexicana a la hora de repartirse el país.

El PAN cuando probó en el año 2000 las mieles del poder, soñó en convertirs­e en sustituto del PRI y pretender durar más de 70 años en Los Pinos. Desde esa derrota el PRI ya no es lo mismo, si bien, tardará muchos años en regresar a Palacio Nacional, el dinosaurio sigue con vida. Al parecer Durango y Coahuila son los únicos Estados donde tienen presencia y por cierto, pagando un precio muy alto. En este contexto, muchos se preguntan si en realidad el PRI necesita del PAN para ganar elecciones. Si vemos los resultados de ambas elecciones, los que han puesto los votos, son los tricolores.

Si la memoria no nos falla, aquí en Durango la diferencia de votos entre los tricolores y las palomitas blancas vestidas de azul fueron más de 100 mil votos. En Coahuila el PAN obtuvo 30 mil votos, pero no tiene la culpa el indio sino quien lo hizo compadre. Hoy al gobernador del Estado de Coahuila, Manolo Jiménez Salinas, le salió más caro el caldo que las albóndigas. En este momento, debido a que Marko Cortés lo exhibió públicamen­te lo obligó a cumplir lo acordado en la alianza, y solo le faltó pedirle la secretaría de finanzas. El gobernador no se acordó del refrán; más vale solo, que mal acompañado.

Lo que sucedió en Durango y Coahuila, es una lección para el PRI. En este 2024, el jefe político del PRI, PAN y lo que queda del PRD, ya decidió ir en alianza con ellos. La militancia priista espera que a su jefe político, no le vaya a salir el tiro por la culata. De entrada, como muchos aseguran, el PRI local no necesita ir en coalición con el PAN, pues si van solos ganarían más, Tienen los votos, las y los candidatos ¿Qué más quieren? En su momento, el balance les podría favorecer a las palomitas blancas vestidas de azul, de una o de otra manera saldrán ganadoras. Sin duda, los tricolores harán senadora de la República a Gina Campuzano. Suponiendo que MORENA ganara dos espacios en el senado, perdiendo el PAN y el PRI, solo les daría para sacar adelante a Gina.

Lo rescatable de los hechos en Coahuila, es que la sociedad se dio cuenta porque el PRI y el PAN van en alianza: para repartirse el botín y no por amor a Durango y Coahuila. Hay que reconocer, que el médico Esteban Villegas Villareal, aceptó públicamen­te que es normal lo que sucede en ese tipo de alianzas. A quien no le creemos es a Xóchitl Gálvez quien declaró a los medios de comunicaci­ón: “yo no sabía nada” del acuerdo entre el PRI y el PAN en Coahuila. ¿Usted le cree a Xóchitl? Nosotros tampoco.

Si la memoria no nos falla, aquí en Durango la diferencia de votos entre los tricolores y las palomitas blancas vestidas de azul fueron más de 100 mil votos. En Coahuila el PAN obtuvo 30 mil votos

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