El Sol de Durango

Espíritu indomable conquistó Hollywood

Se cumplen 100 años del natalicio de Katy Jurado, la primera actriz latinoamer­icana en ganar un Globo de Oro; en México trabajó con Ismael Rodríguez, Luis Buñuel, Jorge Fons y Arturo Risptein

- FROYLAN ESCOBAR LARA Cinco minutos.

na mujer rebelde, con carácter fuerte, decisiones firmes, pero con un espíritu libre es como se recuerda a Katy Jurado, actriz que destacó en el cine mexicano y en Hollywood, logrando reconocimi­entos como un Globo de Oro y una nominación al Oscar.

Sin embargo, Katy logró grandes trabajos no sólo por su belleza, sino por siempre saber lo que quería y nunca dejarse pisotear por nadie; al menos esa es la imagen que dejó en Estados Unidos, el de una persona que tuvo el poder de implementa­r su voluntad a grandes productore­s, incluso darse el lujo de rechazar proyectos que no le interesaba­n.

María Cristina Estela Marcela Jurado García, su nombre real, nació un 16 de enero de 1924, en Guadalajar­a, Jalisco, producto de la relación entre el contador Luis Jurado y la cantante Vicenta Estela.

Katy fue la mayor de sus hermanos Luis Raúl y Óscar Jurado. Ella estudió en un colegio religioso, pero al crecer, su belleza cautivó a muchos productore­s y directores de cine, tanto que la invitaron a participar en distintos proyectos, ejemplo de ello fue la oferta de Emilio “El Indio” Fernández, quien le propuso trabajar en la cinta La isla de la pasión, en 1942. Sin embargo, debido a su corta edad, sus padres se opusieron a que se desarrolla­ra frente a los reflectore­s. Pero fue su carácter firme el que la llevó a hacer lo que más le interesaba: la actuación.

Para soltarse de la tutela de sus padres, Katy contrajo matrimonio en 1943 con el actor Víctor Velázquez, quien era 12 años mayor que ella.

En ese mismo año, Katy debutó en la cinta No Matarás, del director Chano Urieta, seguido de Internado para señoritas, de Gilberto Martínez Solares.

“La industria del cine clásico solía ser muy injusta con las actrices, la mayoría dejaban de trabajar después de los 35. Quizá la impresión más grande que me causó Katy Jurado fue verla envejecer. No recuerdo otro caso, excepto Silvia Pinal, de una actriz del cine clásico con esa trayectori­a que filmara también en la década de los 70”, afirmó en entrevista Karina Solórzano, programado­ra e investigad­ora de cine mexicano.

En 1944, Katy recibió tres grandes regalos, el estreno de sus dos películas: La vida inútil de Pito Pérez y Balajú, mientras que el tercero fue el nacimiento de Víctor Hugo, su primogénit­o. Sin embargo, la mala relación con Velázquez quebró su matrimonio tres años después. Él se casó con Elda Dondé, mientras que Katy recibió sola a su segunda hija Sandra.

El museo del crimen (1945), Soltera y con gemelos (1945) y Nosotros los pobres (1948), del director Ismael Rodríguez, donde

UEl cantautor Luis Eduardo Aute le compuso la canción Cinco minutos, en la que narra sus noches de bohemia en Tepoztlán

“Su firmeza de carácter, su belleza latina y saberse una mujer sensual hizo que sus papeles en Hollywood adquiriera­n gran presencia”

RAFAEL AVIÑA ESCRITOR Y CRÍTICO DE CINE

compartió créditos con Pedro Infante y Evita Muñoz, formaron parte del currículum de Jurado.

Para inicios de los años 50, su gusto por los toros la llevó a ser comentaris­ta, además de crítica de cine. Fue en este mundo taurino que Katy conoció al director estadounid­ense Budd Boetticher, quien la convirtió en la protagonis­ta de su película El torero y la dama (1951).

“Con su mirada lánguida, sus bellos ojos y su cuerpo exuberante, Katy Jurado tenía todo para adueñarse del estereotip­o de villana y de vampiresa de cuerpo deslumbran­te y sensualida­d a flor de piel, como lo muestran sus participac­iones en Nosotros los pobres, Hay lugar para dos o El Bruto”, afirmó en entrevista Rafael Aviña, escritor, crítico e investigad­or de cine.

“Pudo quedarse a ese simple nivel como sucedió con muchas actrices de aquellos años, sin embargo, aquello no era suficiente para Katy quien supo darle un giro más humano y realista a sus personajes por encima del estereotip­o. No sólo eso, hizo una espectacul­ar carrera en Hollywood tan importante como la que hizo Dolores del Río o Salma Hayek”, agregó Aviña.

Katy cruzó la frontera y ahora sus trabajos eran principalm­ente en Estados Unidos como Solo ante el peligro (High Noon, 1952), que la convirtió en la primera actriz latinoamer­icana en ganar un Globos de Oro de 1953 en la categoría Mejor Actriz de Reparto. Mientras que en 1955, fue nominada a un Oscar por su trabajo en la categoría de Mejor Actriz de Reparto por su trabajo en Lanza rota.

“Fue la primera actriz latinoamer­icana en ganar el Globo de Oro por su actuación en esa enorme película que es High Noon, en donde comparte créditos con Gary Cooper y Grace Kelly”, expresó Solórzano.

Uno de los proyectos por el que más se recuerda a Katy fue El bruto, cinta de Luis Buñuel, donde compartió créditos con Pedro Armendáriz, Rosita Arenas y Andrés Soler.

“Dos grandes momentos de Katy Jurado fue en El bruto, donde dio vida a Paloma, una mujer fatal tiene el cabello negro y unos ojos bellísimos; acaricia los brazos de Pedro Armendáriz que parece un poco confundido por su seducción. Casi veinte años después es Eulogia, una mujer mayor, gorda y de clase trabajador­a que intenta rescatar el cadáver de su marido para poder velarlo. Es el capítulo Caridad dirigido por Jorge Fons de la película Fe, esperanza y caridad (1973)”, recordó Solórzano.

El dolor más grande de su vida llegó en 1981 cuando falleció su primogénit­o en un accidente de carretera. La actriz jamás superó esa pérdida, de hecho, a partir de ahí comenzó su decadencia. Tuvo crisis depresivas, comía y fumaba mucho.

A finales de los años noventa, luego de un retiro de más de una década, Katy volvió a la pantalla grande de la mano del cineasta Arturo Ripstein con el filme El evangelio de las maravillas.

“Creo que su firmeza de carácter, su belleza latina y saberse una mujer sensual hizo que sus papeles en Hollywood adquiriera­n gran presencia. No sólo fue merecedora del Globo de Oro y la nominación al Oscar, sino que compartió créditos con figuras de la talla de Gary Cooper, Kirk Douglas, Charlton Heston, Spencer Tracy, Burt Lancaster, Tony Curtis, Marlon Brando, Elvis Presley, Antony Quinn, Ernest Borgnine, Alan Ladd, Richard Widmark, Robert Wagner, Grace Kelly, Gina Lollobrigi­da, Jean Peters y en México, ni se diga”, comentó Rafael Aviña.

Ya no asistió al estreno de Un secreto de esperanza, su última película. Falleció el 5 de julio de 2002 a los 78 años, en Cuernavaca, Morelos, consecuenc­ia de un infarto. El cantautor Luis Eduardo Aute le dedicó la canción

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CORTESÍA: MEDIATECA INAH

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