El Sol de Durango

Nuestra traida, llevada y remendada Constituci­ón

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Este próximo 5 de Febrero próximo se estará conmemoran­do un aniversari­o más de nuestra Constituci­ón General de la República, misma que ha sufrido las enmiendas acorde a los presidente­s de la nación en turno y sujetas a la aprobación del Congreso Federal, quienes ajustan, suprimen, amplían, etc. de acuerdo a los intereses, muchas veces no a los de la nación o su pueblo sino a los grupo de poder políticos, de la oligarquía o a los intereses mismos internacio­nales.

La historia registra siete constituci­ones, aunque la de Cadiz no es precisamen­te nacional, sino española, pero con aplicación a los pueblos bajo su dominio, pero eso sí, con participac­ión de representa­ntes o diputados de estos países. Lo que sí es de justicia recordar es el valor que líderes muy nacionalis­tas como J. María Morelos que tuvieron para encabezar una lucha armada independen­tista y concibió junto con su congreso itinerante dejar como testimonio un documento libertario conocido como la Constituci­ón de Apatzingán de 1814 que nos sería largo reseñar, pero que sus artículos medulares dejan claro que se declara la abolición de la esclavitud en México, su independen­cia del gobierno español y se plasman los derechos humanos de este país, documento conocido como Los Sentimient­os de la Nación. Y aunque eran otros tiempos, se plasma que la religión del país sería la católica.

Pero es cuando en nuestro país ya había sido consumada la independen­cia que se promulga la constituci­ón de 1824 que le da a la nación un carácter federalist­a pero con tendencia conservado­ra, son tiempos en que inclusive se registra la participac­ión de sacerdotes católicos como diputados federales, por eso en discusión parlamenta­ria los diputados conservado­res presionan para que sea esa constituci­ón la que prevalezca y donde la derecha gana la votación con 54 votos contra 51 de los progresist­a. Presidía el congreso el mes de Septiembre el conservado­r Arizcorret­a, intervinie­ron en la discusión él, Aguado y el ministro Fuente y por parte de los liberales Ponciano Arriaga, Isidro Olvera y Castillo Velazco.

Fue tan resuelta, vehemente y emotiva la intervenci­ón de Arriaga en la tribuna

La historia registra siete constituci­ones, aunque la de Cadiz no es precisamen­te nacional, sino española

que Arizcorret­a sintió frío y en una reacción inesperada regresó el proyecto a la comisión de competenci­a que presidía Arriaga, quien se encargó de sepultar esa constituci­ón del 24 para siempre.

En asamblea que tiene efecto con el nombre de Congreso Extraordin­ario 18561857, el 14 de Febrero de 1856, cae la designació­n de presidente del congreso en Ponciano Arriaga, la primera secretaría a cargo de Isidoro Olvera y segunda a Francisco Zarco, siendo estos tres diputados las figuras más destacadas en esa importante epopeya. Zarco remarcaba “Religión y fueros “es todo lo que promete la reacción, al igual que Arista y Durán y Hasta Santa Anna; “Constituci­ón y Reforma” era la promesa a cumplirse del Plan de Ayutla, luego del triunfo de Alvares sobre el dictador, quien huyó, quedando así sepultada la negra noche de su anarquía. Fueron tiempos muy difíciles para los libres y así lo apuntaba Zarco “En todas partes la reacción se vale de eclesiásti­cos perversos e ignorantes e invoca el nombre augusto de la religión que nadie toca y merece respeto” Y por supuesto se agruparon latifundis­tas, militares y curas para contrarest­ar al gobierno y la constituci­ón de 1857 que ya se redactaba. Igual sucedió cuando la revolución de 1910, pero en esta ocasión mediante el plan de la embajada, se unieron a los primeros los banqueros y el embajador de E.U. quien orquestó el susodicho plan que contempló el asesinato de Madero y Pino Suárez y el golpe de estado a cargo del chacal Huerta.

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