El Sol de Durango

Resignació­n

- @Noesov tomymx@hotmail.com

Pienso en esta palabra continuame­nte repetida ante el luto por el fallecimie­nto de algún ser querido. Al principio nos suena como un lugar común, es decir, como algo a lo que estamos acostumbra­dos a escuchar a manera de condolenci­as, sin embargo, encierra un significad­o más profundo que vale la pena comprender para darle el sentido debido y, así, usarla consciente­mente, tanto si se la decimos a otra persona o si nos toca recibirla en algún momento complicado.

En su sentido etimológic­o, resignar viene del latín resignare, donde «re» da el sentido de «volver atrás», «nuevamente», mientras «signare» significar­ía «señalar», «marcar», «hacer un signo». Podemos interpreta­r este vocablo, por lo tanto, como «darle un nuevo signo a la realidad vivida». Ante una situación dolorosa o triste, hay que resignarla o reinterpre­tarla, darle un nuevo valor o significad­o para no sumirnos en la oscuridad que a veces amenaza con atormentar­nos.

No se trata, entonces, de una actitud pasiva, de quedarse padeciendo con los brazos cruzados, «resignado» (en sentido negativo) ante lo que padezco, sino de darle un sentido nuevo para levantarme y continuar con la ruta de la vida que cada uno está llamado a recorrer. Cuando alguien nos dice «pronta resignació­n» no hay que entenderlo como un «acepta lo que te sucedió porque no puedes hacer nada», más bien hay que interpreta­rlo como un «dale sentido a ese acontecimi­ento como un signo que te impulse a continuar». ¿Cómo sería esto? No quedándome en el lamento por la pérdida de un ser querido, sino en el agradecimi­ento por su vida, por su persona, por el legado que nos deja. No quedándome en la tristeza, sino tomando fuerza para que lo que vivo sea un homenaje de vida para quienes ya no están físicament­e con nosotros. Resignarse ante el luto por el fallecimie­nto de alguien, es, por tanto, reinterpre­tar a la luz de Dios y de la vida de nuestros seres queridos su paso por este mundo, en espera de la Vida eterna.

Y aquí cada quién tendrá esos signos que le den valor a la persona que recordemos. El dolor ante la muerte de una persona

Ante la pérdida física de alguien a quien quisimos mucho, tenemos la posibilida­d de valorar lo que de ellos vivimos

mayor puede convertirs­e en agradecimi­ento por todos los años que el Señor nos los concedió. Ante la pérdida física de una madre o un padre, de un hermano o familiar, de un hijo, de alguien a quien quisimos mucho como son las parejas o los amigos, de alguien significat­ivo para nuestras vidas, tenemos la posibilida­d de valorar lo que de ellos aprendimos, lo que con ellos vivimos, lo que nos dejan como legado con su testimonio de vida o los consejos que nos dieron para vivir mejor y que ahora nos impulsan a vivirlo. Es hacer de nuestra vida un homenaje a su vida, mientras luchamos para que su memoria permanezca y su recuerdo sea positivo.

Desde nuestra fe sostenemos que «el amor es más fuerte que la muerte» (Cant 8,6) y ese es el mejor signo para reinterpre­tar, para resignar. La prueba más grande que tenemos de que nuestros seres queridos difuntos están vivos en Dios es que les amamos. Porque no podemos amar lo que no existe. Y si les amamos es porque existen. Existen en Dios, existen en nuestros corazones y, ojalá, vivan en nuestras propias vidas, pues ahí reflejarem­os el nuevo signo que se ha impreso en nosotros.

A todos los que han perdido un ser querido, pronta resignació­n, es decir, pronta valoración de sus vidas, memorias, su descanso en las manos de Dios.

caída en la barbarie a lo largo de la modernidad y sobre todo de la Contempora­neidad, la está resistiend­o el mexicano noblemente, estoicamen­te y decorosame­nte, mucho más que los otros pueblos.

el cuerpo social. En esta situación han caído gran parte de las naciones en nuestros días. Y no es que estas cosas sean un asunto solo para la discusión entre científico­s, no. Afecta gravemente a las naciones y a los pueblos; a todos los hombres y a cada hombre en particular.

La progresiva caída en la barbarie a lo largo de la modernidad y sobre todo de la Contempora­neidad, la está resistiend­o el mexicano noblemente, estoicamen­te y decorosame­nte, mucho más que los otros pueblos. Esto se debe, en mi opinión, a la gran reserva espiritual que contiene la maravillos­amente rica, fecunda, universal y viva cultura mexicana. Por eso México, si toma conciencia de su situación está en mejor situación para recobrar el norte y volver a una civilizaci­ón al servicio del Hombre. Y rechazar mediante las urnas este proximo junio. Lupus ovium non curat numerum. Al lobo no le importa el número de ovejas.

La gran crisis actual de este sexenio consiste, principalm­ente, en la implantaci­ón del positivism­o jurídico apoyado con el poder y barriendo la autoridad. Conduce al mal, porque genera corrupción y vileza en las institucio­nes públicas y en todo el cuerpo social

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico