¿Sabes de dónde proviene el achiote?
Aunque no lo creas, el achiote (del náhuatl, achiyotl), llamado en Filipinas achuete, e internacionalmente conocido como anato u onoto, es un pigmento natural de color amarillento u rojizo que proviene de una planta originaria de América.
Los toltecas y mayas, colonizando el sureste mexicano, fueron las primeras en implementar el uso del achiote; más allá de ser un ingrediente culinario, se consideraba una planta sagrada relacionada con la sangre.
A pesar de no ser la única planta de dónde se podían obtener colores rojos (ya sea para teñidos de textiles, gastronomía y adornar su piel); el achiote era una de las 3 más importantes. El achiote se produce principalmente en Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, aunque también se reporta su distribución en Puebla, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Campeche y Chiapas.
Con la colonización de los españoles, el uso del achiote se concentró únicamente en la gastronomía y los platillos, en los que destaca su participación son: la cochinita pibil, los codzitos yucatecos, vinagretas, arroz y tacos al pastor.
Este condimento proviene de Bixa orellana, un arbusto nativo de América tropical. Su fruto se deja madurar y secar en el árbol hasta que adquiere un tono café. Una vez que ha pasado este proceso, las pequeñas semillas se maceran y se muelen para obtener un color naranja intenso, casi rojo, con el que se elabora la pasta de achiote. La pasta elaborada por manos mexicanas se obtiene del remojo de semillas para obtener el pigmento, se mezcla con variedad de especias, como orégano, clavo, comino y pimienta. Esto genera que se forme una consistencia pastosa, lista para utilizar y adobar tu carne preferida.
El achiote se produce en Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, aunque también se reporta su distribución en Puebla y Jalisco