Gutiérrez podría salir el jueves
Hay dolor físico, sin duda. Más cuando en la enfermería le metieron 12 gasas por la herida para parar la sangre. Pero el espíritu, la hombría, el pundonor y la vergüenza torera están sanos. Héctor Gutiérrez salió con la cara en alto tras recibir la cornada de dos trayectorias el domingo pasado en La Plaza México, durante la lidia de su primer astado. Dejó constatado que en él existe un torero con muchas ganas de tomar protagonismo, todos los vieron, en vivo y en televisión. Héctor merece sitio porque así lo demostró, siempre con un toreo de verdad y echando el pie adelante con todo valor y entrega.
Héctor Gutiérrez paso su primera noche en el hospital sin temperatura, signo de un no hay infecciones en la herida y si todo marcha bien, el jueves puede ser dado de alta.
Pero más allá de la cornada, el joven torero está en paz, pues sabe que se embarro de toro la faja.
"La tarde era decisiva, no podía haber dudas, la apuesta era total. Pude entregarme en cuerpo y alma metido con el toro y que por mí no queda nada. Desde luego mi sensación es agridulce, por lo menos me hubiera gustado meterle la espada al toro y aunque lo intenté la sangre ya era mucha y la pierna ya no me respondía. Si el toro no me hubiera tocado la femoral seguro que me quedo a terminar la lidia", indicó Héctor, quien apuntó que el pitón rompió una vena que va ligada a la vena femoral, por eso es que el sangrado era bastante.
-Se demostró y quedó confirmado que estas para compromisos grandes.
"Tengo una sensación de satisfacción, sobre todo de haber hecho una tarde de hombría y apostar desde los quites".
El matador reveló que el toro ya le había avisado la cornada, aunque no lo pareció. "Desde el capote me lo avisó cuando le pegue la revolera tras el quite por gaoneras, ahí me quedo muy por debajo y ya me había punteado la entrepierna y el glúteo". /
AÑO EN QUE TOREÓ EN LAS VENTAS