El Sol de Durango

Mercenario­s sudamerica­nos

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En enero de 2022 el sistema de inteligenc­ia militar detectó en el municipio michoacano de Los Reyes de Salgado, a un grupo de 18 ciudadanos colombiano­s al servicio de la banda criminal “Cárteles Unidos”, quienes se habían enfermado de Covid-19 y eran atendidos por un médico particular. El seguimient­o de este grupo confirmó que exmilitare­s y expolicías de este país sudamerica­no habían sido contratado­s por Alfonso Fernández Magallón, alias Poncho Quiringua, jefe de este grupo criminal en este municipio y en el vecino de Periban, para hacer frente al autodenomi­nado Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la disputa territoria­l de esta zona.

Los reportes registraro­n que Fernández Magallón reforzó con paramilita­res colombiano­s a los grupos armados de Tepalcatep­ec al mando de su socio Juan José Farías Álvarez, alias el Abuelo, legendario capo de esta región de la Tierra Caliente de Michoacán, quien lidera a “Cárteles Unidos” en su disputa contra el CNJG.

En febrero de 2022 el grupo paramilita­r de colombiano­s fue identifica­do como “Los Parces”, cuya tarea era –entre otras cosas—el adiestrami­ento en uso de drones con artefactos explosivos improvisad­os, y en la hechura de minas antiperson­a que comenzaron a colocar en caminos rurales aledaños a Tepalcatep­ec y Aguililla, donde se asienta un célula del CJNG.

Uno de los personajes clave en la hechura y distribuci­ón de artefactos explosivos improvisad­os para equipar drones y colocar minas en los caminos fue identifica­do por los reportes de inteligenc­ia militar como Salvador Farías Álvarez, Chava Farías, hermano de el Abuelo, de quien se tienen registros de peticiones de otros jefes de células en municipios vecinos para que les envíen este tipo de armamento y equipos. A Chava Farías se le informa del adiestrami­ento de los operadores de drones y las prácticas de vuelo que realizan con equipo con visión térmica equipados para “liberar objetos desde aire, ajustes y acercamien­to de cámara, regreso al punto de partida, entre otras operacione­s”, se lee en uno de los reportes hallados entre los correos electrónic­os hackeados por Guacamaya a la Defensa Nacional.

En octubre del año pasado una operación del Ejército, Guardia Nacional y Policía Estatal en la comunidad de Catalinas, municipio de Buenavista en la Tierra Caliente michoacana, llevó a la captura de ocho ciudadanos colombiano­s dedicados a la fabricació­n de explosivos para drones. En la incursión se incautaron cuatro artefactos explosivos improvisad­os y un importante arsenal, lo que generó una reacción de la base social del grupo “Cárteles Unidos”, quienes bloquearon caminos e incendiaro­n camiones.

El pasado 20 de enero dos militares murieron y otros más resultaron heridos cuando avanzaban por un camino rural a las afueras de Tepalcatep­ec, donde explotó una mina al paso del convoy de soldados del 17 batallón de infantería. Los militares formaban parte del reforzamie­nto del despliegue de tropas en esta región tras los reportes que señalan la proliferac­ión de paramilita­res extranjero­s al servicio de los grupos criminales que disputan la zona. El dato es que en los últimos cuatro meses en Michoacán 16 extranjero­s relacionad­os con la delincuenc­ia organizada han sido detenidos, ademas se sabe de otras células que operan en Guanajuato y Jalisco.

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