La Seguridad Pública ante proceso electoral
La Ciudad de Durango ocupa un buen lugar nacional en seguridad pública, se dice que somos una ciudad segura. Todos coincidimos que requerimos la construcción de un México seguro, justo y próspero, con dos ejes de acción: la construcción de la ciudadanía y
Que nos permitan establecer relaciones de confianza y participación entre los mexicanos y sus instituciones, promover mecanismos para transparentar la rendición de cuentas del gobierno, acciones que tienen como meta fortalecer el estado de derecho y nuestra democracia.
Para los candidatos presidenciales –que señalaron a la seguridad pública, como uno de los principales ejes de acción-, en sus compromisos debe estar el hecho de fomentar relaciones de confianza y participación entre la sociedad y sus instituciones así como trabajo de incidencia gubernamental y legislativa tanto con actores públicos, privados y de las organizaciones de la sociedad civil nacionales e internacionales para generar políticas públicas que beneficien a la población en general, implantar mecanismos novedosos de participación ciudadana para incidir en el desarrollo de las comunidades y sus personas, con acciones específicas y estrategias que impulsan el desarrollo humano y la participación social con el trabajo voluntario.
Estamos convencidos que el factor de transformación más importante de la sociedad somos los propios ciudadanos. Nuestro desarrollo implica fortalecer todas nuestras capacidades, nuestros derechos y también reconocer nuestras responsabilidades con un Estado de Derecho fuerte que nos garantice vivir en libertad y armonía para consolidar la grandeza de nación que somos. La única manera de ser confiables es siendo transparentes.
Es tarea la de promover una ciudadanía responsable para lograr una sociedad más democrática, con instituciones sólidas en la que vivamos en estado de derecho y con un gobierno que responde a los intereses ciudadanos. Debemos aspirar a lograr ciudadanos activos y participativos; un gobierno y proceso político que sirvan a los ciudadanos y en los que confiemos; una influencia acotada de los grupos de poder en las decisiones que afectan a todos; funcionarios de gobierno que trabajan dentro de la ley, con altos estándares éticos, y que rindan cuentas; medios de comunicación fuertes, independientes y diversos y un Estado de Derecho fuerte y vigente.
Los temas de la seguridad pública, el desempleo, el económico, la impunidad y la corrupción han sido, en los últimos años, los más sensibles, los de mayor preocupación entre la sociedad mexicana, son desafíos mayores que seguirán exigiendo del Estado mexicano: tiempo, determinación y amplios recursos materiales y humanos.
En cuanto a la atención a los jóvenes, considero que la política de combate a la delincuencia debe ir de la mano de una política social que atienda principalmente a este sector de la población, a quienes se les debe ofrecer capacitación para el empleo, becas para educación y programas contra las adicciones.
México no construyó policía durante mucho tiempo. Hoy estamos construyendo policía. La muestra está en que todavía podemos contar los municipios que no tienen policía que, alrededor de 400, con sus variantes: municipios que tienen policías, pero no tienen capacitación; y los que tiene capacitación, pero no tienen armamento; y los que tienen armamento y capacitación, pero no tienen recursos económicos, lo que ha generado que se requiera de las fuerzas armadas federales para combatir a la delincuencia y proteger a la población.
Hoy, reiteramos el llamado para fortalecer los servicios periciales en toda la República. Debemos de contar con policías científicas, con cada vez, en todos los lugares, mayores centros de la práctica pericial de alto nivel.
Corresponsabilidad –autoridades y ciudadanosen las acciones en materia de desarrollo policial, con respeto a las leyes y a los cuerpos policiales.