No todo está decidido
Acaban de iniciar formalmente las campañas. Digo formalmente porque en los hechos llevamos meses asediados por las y los candidatos, además de que hay quien hace campaña incluso cuando ya es gobernante, y para desgracia nuestra, planea seguirla haciendo c
Vuelvo al punto. Este año tendremos “las elecciones más grandes de nuestra historia”. El cliché está más que justificado porque tendrán lugar en diversas partes del mundo procesos electorales que afectarán de manera decisiva al planeta en un sinnúmero de áreas. Para dimensionarlo mejor valga mencionar un dato: se celebrarán comicios en el país más poderoso del mundo (Estados Unidos), el más grande territorialmente (Rusia) y el más poblado (India), además de que se renovará el parlamento europeo.
Si bien en los primeros tres casos el resultado parece estar más o menos decidido de antemano, no deberíamos dejar de poner atención a lo que ocurre fuera de México, porque además de los efectos materiales que tendrán en nuestro país los resultados de las elecciones en esos lugares, empezando por Estados Unidos por supuesto, no estaría demás saber que no somos los únicos que iremos a las urnas este año para refrendar, defender, salvar o terminar de sepultar (según cada caso) la democracia.
Hay muchos que aseguran que al igual que los ejemplos mencionados, también en México el resultado ya está cantado. Según algunos analistas resignados, la batalla real será en la renovación del congreso para impedir que la futura presidenta tenga el control de ambas cámaras. Estoy en desacuerdo. Si bien las tendencias marcan una ventaja de la candidata oficialista, eso me parece más que descontado en razón de la alta popularidad del presidente y del enorme aparato propagandístico y la ingente cantidad de recursos puestos a favor de la candidata puntera.
Sin embargo, hay algunos factores que pueden revertir el resultado. No digo que vaya a ocurrir, sino que no podemos darlo por descontado. Primero es el tema de las encuestas. Hemos observado cómo en otros lugares los resultados terminan radicalmente distinto a lo que decían las encuestas. Argentina es un ejemplo reciente de ello. Otro factor a tomar en cuenta es el de los indecisos, segmento que es más grande de lo que parece.
Pero principalmente creo que las candidatas harán la diferencia. Xóchitl supera a Claudia en carisma, que cuenta mucho, pero no es suficiente. Más bien creo que la posición en que arrancan es, paradójicamente, favorable a Xóchitl, no sé si para ganar, pero por lo menos para acercarse bastante. Y es que la ligereza de no tener nada que perder, su buen humor frente a la cólera del presidente (candidato fantasma, pero presente), pueden jugar a su favor.