Subrayaba el
capítulo de “Dios y Mamón” del libro de religiones de Peter Stanford, cuando por Whatsapp me llegó el libro que anda de moda: El Rey del Cash. La autora es la periodista Elena Chávez, exesposa de César Yáñez, colaborador cercano a AMLO. Relata a modo de testimonio 18 años de saqueos, traiciones, infidelidades, abusos y corrupción del presidente y su equipo.
Los recaudadores de ese “cash” de acuerdo con el libro, ahora son funcionarios importantes del Gobierno de México: Alejandro Esquer, secretario particular del presidente; Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores; Mario Delgado, presidente nacional de Morena, entre otros. Finalmente, la autora expuso la falacia de los mantras de AMLO de no robar, no engañar y no traicionar al pueblo. Parecieran extraídos de los mandamientos de la ley de Dios: no mentirás, no robarás, amarás a Dios sobre todas las cosas, no codiciarás bienes ajenos, etc.
Vale la pena regresar a libro El Rey del Cash en lo referente a los “diezmos” y las artimañas realizadas, para supuestamente robar al pueblo; el papa León X lo disfrazó de “bulas” y AMLO, con la AC. “Honestidad Valiente”. La autora comenta que hay un silencio entre las personas involucradas, porque saben que lo que dice es la verdad y porque son devotos al líder.
El presidente indicó que son calumnias, pero independientemente si es mentira o verdad lo escrito, Umberto Eco dijo referente a los secretos que, “si no salen a la superficie, es que eran complots inútiles o secretos vacíos”. Decía Ikram Antaki que mentira es “decir lo que uno sabes que no cree”. Puedes decir algo que crees y no estás mintiendo, aunque pueda ser falso, pero no estás engañando. La mentira es cuando hay un saber y lo manipulas. Las palabras importan.
Las mentiras por lo general vienen de persona sin autoridad moral. Ante una sociedad crítica, no puedes mentir. Ya sea Guacamaya Leaks o El Rey del Cash, el presidente comentó que la “guerra sucia” continúa y agradece el respaldo de la población. Cualquier semejanza con la religión, es mera politiquería y dos que tres ruedas de circo.