Gasto responsable y deuda transparente
De acuerdo con el Observatorio Fiscal de Latinoamérica y el Caribe “La deuda pública se refiere a los montos adeudados por los diferentes niveles de gobierno y que se utiliza para financiar los déficits públicos resultantes de programar un mayor nivel de gasto público que los ingresos presupuestados. La deuda puede ser adquirida dentro del mismo país o en el extranjero y por lo general asume la forma de bonos, papeles y valores gubernamentales (aunque en algunos casos la deuda es adquirida directamente a través de un organismo supranacional como el FMI)”. Es decir, la deuda suele ser uno de los aspectos que se integran en la Ley de Ingresos en el caso de nuestro país a nivel federal, atendiendo a que, ni con el nivel de recaudación ni de las inversiones se va a lograr obtener el suficiente dinero para afrontar los gastos.
Uno de los objetivos de cualquier gobierno responsable es ir disminuyendo el monto de deuda año con año, demás de generar una base financiera que sirva para afrontar cualquier eventualidad macroeconómica que pueda desestabilizar seriamente al país afectando evidentemente a los sectores más vulnerables.
No podemos olvidar que, al principio de este sexenio y cada año que se discute la
Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación en el Congreso, se ha afirmado que no se está endeudando al país, al grado de señalar que no se contratarán nuevos montos de endeudamiento y que sólo se hará frente con la bonanza que se tiene a la mano. La realidad es que no es así, durante todos estos años se ha aumentado de forma considerable el monto de la deuda y en esta Ley de Ingresos no es la excepción, el incremento de la deuda es escandaloso y, sin duda nos va a afectar a todas y todos, si no en este momento, en algunos años que busquemos un crecimiento en todos los aspectos. Esta Ley no permite la reactivación económica. Estamos en una de las situaciones financieras más complejas en materia económica y ni así existe una previsión que piense en el pueblo de México, ya que el panorama se va oscureciendo cada vez más. Sin entrar a cuestiones de apreciación, los hechos nos indican que, durante la actual administración, se acabaron los ahorros que se construyeron a través de responsabilidad de 20 años. Esos ahorros de 20 años se han acabado en sólo 4, lo que es un claro indicativo de las malas decisiones que se han tomado. Sin embargo, no se trata de evidenciar los errores una vez cometidos, ya que esta vez, como en todos los años que se discute en el Senado la Ley de Ingresos, hemos alzado la voz para colaborar y construir un paquete económico más adecuado al momento histórico que vivimos, sin embargo, el Poder Legislativo se ha visto impedido a discutir de forma técnica y sin pasiones un tema de la mayor trascendencia para el país. Necesitamos estímulos económicos para las empresas pequeñas y medianas; necesitamos urgentemente medicamentos para niñas y niños con cáncer; requerimos apoyos para el campo que está olvidado; no necesitamos obras faraónicas que cada vez cuestan más y más. Necesitamos que se vele por el bien del pueblo de México porque son sus recursos, es su dinero.
Se ha aumentado de forma considerable el monto de la deuda y en esta Ley de Ingresos no es la excepción