Recientemente el
Inegi dio a conocer la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) 2022. En esta sexta edición, hay datos alarmantes: uno de cada cuatro de las empresas en el país fue víctima de un delito y más de la mitad (52.9 por ciento) consideró a la incidencia delictiva como el principal problema para su operación.
Apesar de todo, los resultados de la ENVE parecen alentadores. La prevalencia delictiva disminuyó respecto a 2019. En ese año, la estimación fue que el 30.5 por ciento de las unidades económicas del país fue víctima de algún delito, en 2021 bajó a 24.6 por ciento. Sin embargo, los resultados reflejan una menor afectación ocasionada por el cierre de la economía durante la pandemia. A pesar de las restricciones sanitarias, casi la mitad de las empresas grandes (45.9 por ciento) y medianas (46.9 por ciento), una de cada tres de las pequeñas y 23 por ciento de las microempresas fue víctima de un delito el año pasado.
Durante 2021, el costo total estimado a consecuencia de la inseguridad y el delito a las empresas ascendió a 120 mil millones de pesos. Esto equivale a poco más del presupuesto de la Secretaría de Seguridad Pública y Ciudadana (99 mil mdp) para el siguiente año. Tan solo esta afectación representa el .67 por ciento del PIB y no son todos los costos. Por ejemplo, no se incluyen los impactos indirectos como la reducción de horarios de producción o comercialización, la cancelación de inversiones, entre otras afectaciones.
Los delitos con mayor incidencia fueron la extorsión y el robo de mercancía. En el caso de la extorsión, fue el delito más frecuente para 13 entidades federativas en 2019. Para el 2021, son 21 las entidades que sufren este tipo de delito para las empresas. El fraude fue el único que reportó un incremento entre 2019 y 2021. Desafortunadamente, el repertorio de delitos no acaba ahí. Las empresas de todo tamaño dedicadas al comercio, industria y servicios sufren de robo de dinero e insumos, robo hormiga, corrupción, robo de mercancía en tránsito, robo de vehículos, maquinaria, equipo, entre otros.
Lo grave es que nueve de cada diez delitos contra las empresas no se denuncian. La cifra negra: es decir, el número de delitos no denunciados (la cifra oscura de la criminalidad) fue de 91.5 por ciento. En estos casos los delitos cometidos no se denunciaron o no se logró iniciar una carpeta de investigación durante el 2021. Las causas para no denunciar en su mayoría recaen en la autoridad. Por ejemplo, la pérdida de tiempo excesiva, el miedo a la autoridad, malas experiencias previas o que en el 55.1 por ciento de los casos no sucedió nada o no se resolvió el asunto.
Se requiere desarrollar instituciones policiales con proximidad a la ciudadanía. para fortalecer acciones preventivas y de colaboración.