El Sol de Hidalgo

Jóvenes sufren el precio de ser universita­rios

- OCTAVIO JAIMES Estudiante­s viajan cada semana desde Tulancingo y alrededore­s a Pachuca, sede de varias institucio­nes de educación superior

Como todos los domingos, Lidia sale de su casa a las cinco o seis de la tarde. Lleva en sus manos dos maletas, una de cada lado. En su espalda carga una mochila, repleta de libros, carpetas y una computador­a. Además de eso, su madre le dió una bolsa de tela, de esas del súper, donde lleva varios envases de yogurt o crema con comida. Estas provisione­s deberán rendirle, al menos, tres días para que no tenga que gastar en comida de la calle.

Se dirige al paradero de autobuses, que no le queda lejos y por eso se va caminando. Ella vive en la colonia Nueva Morelos, en Tulancingo, muy cerca de la central de autobuses. Su madre, una mujer de 60 años y comerciant­e en tianguis y mercados de la zona, la acompaña para despedirla y darle su bendición. Ahí, en el paradero de la Plaza del Vestido, hay al menos 20 jóvenes, hombres y mujeres, cargando así como ella varias maletas y esperando el transporte.

Se suben al camión, que les cobra 30 pesos a Pachuca (o 25 si el chófer está de buenas y aplica el descuento de estudiante) y llegan al siguiente paradero: el del Seguro. Aquí se suben otros 20 enmochilad­os. Así seguirá el trayecto hasta la famosa Preferida, donde arribarán otros 15 o 20, que obviamente ya no caben y se van parados. Esta es la historia de todos los autobuses de la zona los domingos por la tarde.

Y es que aunque suena romántico, la realidad es que este viaje semanal implica un despliegue de ingresos que alcanza casi los 20 mil pesos semestrale­s por cabeza, dependiend­o, por supuesto, el estilo de vida de cada quien y sin contemplar gastos extraordin­arios de salud o vestimenta, tampoco colegiatur­as.

Lidia renta un cuarto modesto en la colonia popular Plutarco, en el que le cobran mil 300 pesos mensuales. Además de este gasto, debe contemplar al menos 80 pesos diarios que destina a transporte­s, comida o gastos que se presenten en la escuela. Estudiante de la Autónoma de Hidalgo de noveno semestre y en pleno ejercicio de su servicio social, debe usar combi o camión porque el transporte gratuito que ofrece la Universida­d no pasa cerca de ahí.

Es decir: a la semana, mínimo gasta 400 pesos en transporte y comida, que subsana vendiendo dulces en contratiem­po para no perder clases. Aunque pueda sonar sencillo, ella argumenta que tiene un estilo de vida apretado puesto que no recibe dinero de su madre y todos los medios para mantenerse en la escuela debe buscarlos ella.

“Está difícil, la comida de mi mamá me rinde tres días pero comiendo una vez al día. Como ando todo el tiempo en la calle, me da hambre y debo gastar pero si compro en una fonda ya se van 65 o 70 pesos, así que mejor me compro para hacer tortas así en la calle no me compro nada.”, relató en entrevista.

En este modelo, sin gastar más que lo necesario y sin paseos, actividade­s recreativa­s o culturales con costo extra, los gastos mensuales por estudiar la universida­d son de poco menos de 3 mil pesos, cifra que bien puede variar dependiend­o las condicione­s de cada quien.

LIDIA

ESTUDIANTE

“Como ando todo el tiempo en la calle, me da hambre y debo gastar pero si compro en una fonda ya se van 65 o 70 pesos”

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Estudiante­s parten a Pachuca en busca del sueño universita­rio
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