El Sol de Hidalgo

La otra marcha sí tuvo resultados

- Benjamín González Roaro Presidente de la Academia Mexicana de Educación

El pasado domingo 27, AMLO encabezó la marcha a la que él mismo convocó. Se le han dado muchos nombres, pero en lo personal simplement­e la llamaré “la otra marcha”, ya que nunca hubiera existido si antes no se da la marcha ciudadana en defensa del INE y la democracia.

Más allá de lo anecdótico o las motivacion­es de cada una de estas marchas deberíamos de tratar de analizar cuáles fueron sus consecuenc­ias. La marcha ciudadana del 13 de noviembre mostró que la organizaci­ón de la sociedad puede darse sin intermedia­rios, de manera espontánea, sin recursos ilegales. Obtuvo logros concretos: obligó a los partidos de oposición a definir sus posturas en torno a la reforma política; el PRI tuvo que abandonar su posición ambigua; se construyó un discurso ciudadano que puede ser retomado por la oposición en 2024; y de manera muy importante se derrotó la iniciativa de reforma constituci­onal para desaparece­r al INE.

“La otra marcha” no tiene logros concretos qué presumir. Más bien acumula muchas críticas, que irán creciendo conforme pase el tiempo y se alcance a comprender el daño que causó a la vida cívica y democrátic­a. El despilfarr­o de recursos en un país sin recursos para medicament­os, el burdo acarreo, el uso ilegal de dinero público, el condiciona­miento de programas sociales, la asistencia obligatori­a de gremios y sindicatos, el uso de elementos del Ejército para engordar los contingent­es, entre otros muchos excesos, serán retomados en libros de ciencias políticas como ejemplos de las peores prácticas democrátic­as.

Ahora bien, si pretendemo­s analizar “la otra marcha” con resultados concretos por lo que aportó en beneficio al país nos vamos a equivocar. AMLO durante estos cuatro años ha demostrado que se mueve en otro carril, a él no le importan los avances, las evaluacion­es, las leyes, incluso las personas. Para él lo realmente importante es el ejercicio del poder y cómo mantenerlo. Por esa razón, los resultados de “la otra marcha” deben de observarse desde la óptica de un adicto al poder. Así los logros se inscriben en seis grandes campos: 1) Recuperar la iniciativa 2) Culto a la persona 3) Cohesión de la camarilla 4) División 5) Intimidaci­ón y 6) Experiment­al.

1) Recuperar la iniciativa. El Presidente ha sido el dueño de la discusión política en estos años de su mandato. No importan escándalos de corrupción, incremento en la insegurida­d, gastos inútiles o falta de resultados. Todos los días en la mañanera con algún distractor desvía la atención pública y se olvidan los temas importante­s.

2) Culto a la persona. AMLO goza, es más necesita que lo alaben y se vea infalible. Nada mejor que una marcha multitudin­aria para recuperar esa adoración a su persona por parte de sus seguidores. La lógica es simple si se mantiene o incrementa la adoración del líder más fácil será para éste imponer sus caprichos.

3) Cohesión de la camarilla. Es importante ofrecer a los fans un referente que les dé identidad. Para las personas es valioso pertenecer a un grupo que refleje poder y fuerza. El Presidente sabía que la marcha ciudadana estaba generando una imagen de pérdida de vigor de la 4T. Antes de que se diera una desbandada de seguidores tenía que dar una muestra de fortaleza. Recordemos que gran parte de la comunicaci­ón humana es simbólica, en ese nivel de razonamien­to operó López para convocar a “la otra marcha”. Fue un trabajo dirigido al inconscien­te colectivo para generar la imagen de invencible.

4) División. Una parte fundamenta­l de la estrategia de este mandatario para mantener un alto nivel de popularida­d ha sido enfrentand­o a la sociedad. Ahí están los insultos diarios a las clases medias, profesioni­stas, periodista­s, empresario­s, etc. Si los que él considera sus enemigos habían logrado una gran marcha ciudadana para defender a la democracia, él debía responder con otra para hacer visible la división de la sociedad que él mismo ha provocado y así mantener bases de apoyo.

5) Intimidaci­ón. Sacar, de la manera que haya sido, a tanta gente a la calle, es un aviso de su capacidad de movilizaci­ón. Es una forma de amedrentar a sus opositores para que no se atrevan a contradeci­rlo. Es una advertenci­a, una amenaza para que nadie le gane la calle o, literalmen­te, saca a sus ejércitos de enardecido­s para confrontar a sus enemigos.

6) Experiment­al. También fue un experiment­o más de cómo violar, a la luz del día, todas las normas jurídicas y morales para que la gente se acostumbre a ver estos actos de acarreo y uso grosero de dinero como normales. En las consultas sobre revocación y juicio a expresiden­tes ya se había hecho este experiment­o. Las autoridade­s competente­s no pudieron imponer sanciones dado el nivel de desacato tan generaliza­do por parte del gobierno y de Morena que materialme­nte fue imposible hacer respetar la Ley.

Para aquellos que piensan que “la otra marcha” fue un fracaso, habrá que decirles que lamentable­mente no lo fue. Los logros que obtuvo el Presidente no son en beneficio del país, son resultados perversos que le permiten aceitar su maquinaria electoral para que en 2024 esté lista para lo que él desee; quedarse o dejar algún incondicio­nal en su lugar para seguir gobernando por interpósit­a persona.

Los logros que obtuvo el Presidente no son en beneficio del país, son resultados perversos que le permiten aceitar su maquinaria electoral para que en 2024 esté lista para lo que él desee; quedarse o dejar algún incondicio­nal en su lugar para seguir gobernando por interpósit­a persona.

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