AQUÍ SE LEVANTAN LOS ATLANTES
Este sitio, considerado una joya prehispánica de Hidalgo, representa una inmersión al pasado que da cuenta de una civilización tolteca poderosa y próspera
La fascinante historia de México se puede conocer explorando la Zona Arqueológica de Tula, un tesoro cultural que te transporta al apogeo de la civilización tolteca. Ubicada en el corazón de Hidalgo, a solo 75 kilómetros al norte de la Ciudad de México, esta antigua ciudad invita a explorar sus enigmáticas estructuras y esculturas que han perdurado a lo largo de los siglos.
De hecho, los antecedentes históricos de esta zona, refieren que este sitio unificó, a través del comercio y la conquista, un vasto territorio en Mesoamérica, ya que, sus influencias son muy notorias desde la región del Bajío hasta la Península de Yucatán, y aún hasta El Salvador y Nicaragua.
Los monumentales atlantes, ubicados en la parte superior del Templo de Tlahuizcalpantecutli o también llamado "Estrella de la Mañana" son quizá los elementos que han hecho de este espacio uno de los más atractivos para miles de paseantes provenientes del Centro de México y Latinoamérica; sin embargo, la zona arqueológica se puede disfrutar con una caminata entre las antiguas ruinas de templos y palacios, desde los que se puede contemplar la imponente pirámide, cuya grandeza arquitectónica revela el ingenio y la destreza de los constructores toltecas.
El edificio más importante de la zona es el llamado Palacio Quemado que se localiza en el lado noreste de la plaza, su importancia radica, en que, con base a las investigaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la estructura era, probablemente, el axis mundi del recinto sagrado y, por lo tanto, el eje central de construcción de la ciudad.
Esta pirámide, y algunos otros edificios localizados en el lugar, están relacionados con la clase media de Tula, que es una remembranza de los toltecas hacia la cultura Teotihuacana.
Cabe señalar que el esplendor de la ciudad se ha fechado entre los años 900 y 1000 después de Cristo; periodo durante el que Tula tuvo casi 16 kilómetros cuadrados de extensión, por lo que, la actual zona arqueológica, solo representa aproximadamente 12 porciento de todo el territorio tolteca.
Quienes deseen conocer más sobre la riqueza histórica pueden visitar el Museo Nacional de Tula, donde una rica colección de artefactos y esculturas brindan un paso a través del tiempo, ofreciendo una visión más completa de la vida cotidiana, las creencias religiosas y el legado cultural de esta civilización ancestral.