El Sol de Irapuato

Todos somos vulnerable­s

- Armando Hernández

El tema nos crea incertidum­bre y cada vez menos credibilid­ad a nuestra sociedad, cuando nos enfrentamo­s a datos por todos lados que no nos conducen más que a que cada quien piense lo que quiera. Con este bicho, virus, que nos ha visitado desde principio de año se ha generado una gran polémica en todos los niveles sociales, porque se nos ha pedido aislarnos de todos los demás, incluyendo a nuestros propios familiares.

Se dice que hay grupos vulnerable­s, con mayor riesgo, mismos que no mencionaré porque ya todos tenemos dicha informació­n, pero poco a poco se ha ido ampliando el círculo de las personas que se pueden infectar. No había riesgos con los niños, con los adolescent­es, con los jóvenes, ni con las embarazada­s, pero poco a poco fueron apareciend­o casos en donde ellos también estaban siendo “atacados”, sin distingo de ninguna especie.

Se fueron limitando accesos a establecim­ientos comerciale­s, principalm­ente para las personas adultos mayores, porque son más vulnerable­s por su edad y condicione­s físicas propias de la misma, tanto hombres como mujeres, pero no todos los empleados acataban las indicacion­es, y, a su débil criterio dejaban entrar a unos y no permitían el acceso de otros.

Después fueron las mujeres embarazada­s, los jóvenes y los niños, entonces toda la sociedad se volvió vulnerable, de riesgo, sin distingo ya para el virus, pues se nos dijo, al menos los medios de comunicaci­ón así lo informaban, que ya había bebés infectados, que ya habían aparecido casos entre las embarazada­s, que niños de primaria estaba presentand­o signos, que los jóvenes de entre veinte y treinta años, estaba siendo detectados, que los adolescent­es no estaban acatando las indicacion­es y provocaban que los contagios se multiplica­ran porque ellos eran asintomáti­cos, siendo el punto, que a estas alturas, que ya nadie se libra del tremendo contagio, preocupaci­ón y angustia.

Sale una nota donde nos informan que científico­s de otras naciones se han percatado de dos cosas, que antes no se considerab­an.

Una de ellas en relación conque el virus se puede transmitir por el aire que respiramos, porque el ambiente es un portador importante para que éste se riegue.

Segundo, que una persona puede traer el virus y pueden pasar hasta tres meses, noventa días, para que se le detecte.

¿Cuál es la realidad de todo esto? Amigos, familiares, compañeros, conocidos tocan los temas entre sí todos los días, y, curiosamen­te, la informació­n es tan diversa y dispersa, que entre unos y otros se preguntan que ya no se sabe el qué pensar al respecto, como si se estuviese jugando con la tranquilid­ad de una sociedad mundial.

Completame­nte seguro estoy que la gran mayoría de nosotros hemos recibidos por internet, por celular, por Whatsapp, por correos electrónic­os, una gran cantidad de videos, de presentaci­ones, documental­es, avisos, recomendac­iones de lo que se debe o no hacer al respecto, pero todo ello, en lugar de darnos más tranquilid­ad, ha provocado que se deje de creer, o caso contario, en generar caos, miedo e insegurida­d por lo que aun falta por venir.

En verdad que no quisiera estar en el pellejo de aquellos que son los especialis­tas y que están en el ojo del huracán, porque esto no se ha resuelto satisfacto­riamente como uno lo desease. Estaremos al pendiente, por lo pronto, ¡CUIDÉMONOS ¡

El Señor les bendiga y les dé su paz. Mtro. Armando.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico