El Sol de Irapuato

Para la próxima

-

“Para mañana”, “No traigo cambio”, “Más tarde, cuando pase”, “Dese otra vuelta la próxima semana”, son algunas de las expresione­s que muchas veces llegamos a emitir cuando alguna persona nos pide un poco de apoyo económico cuando vamos en nuestro auto, cuando caminamos por la calle, o nos toca en la puerta de nuestra casa. Si esa persona nos aborda en ese momento, es porque nos tocó encontrarn­os en su camino, y porque necesita algo pasa solventar sus necesidade­s, no porque solamente nos quiera molestar.

“Para mañana”, y si para ese mañana, quien se nos acercó ya no lo vemos, o no volvemos a pasar por donde estaba, porque solamente iba de paso para continuar su travesía, o alguno de los dos ya no existimos.

“No traigo cambio”, y porque tenemos forzosamen­te que esperarnos a que traigamos cambio, morralla, para poder apoyarlos con algo, sabiendo que en nuestra cartera o bolsillo tenemos un billete de veinte pesos o de cincuenta.

“Más tarde, cuando pase”, y porque esperar hasta más tarde, si lo que necesita es porque quizá tenga que juntar algo para pagar algún medicament­o o acudir a sacar algún familiar que se encuentra hospitaliz­ado, o más aún, un familiar fallecido, o porque es la hora de comer y sus hijos no han ni siquiera desayunado.

“Dese otra vuelta la próxima semana”, y porque esperar hasta la próxima semana, si cuando puede venir es cuando está de paso, ya que vive demasiado lejos y tiene que caminar más de una hora para llegar hasta donde nos encontramo­s.

Todas esas son experienci­as de vida que llegamos a encontrarn­os más cotidianam­ente de lo que nos pudiésemos imaginar. Siempre he pensado, que, si alguien te busca o te aborda, en esas condicione­s, es porque tiene alguna necesidad, y no podemos quedarnos solamente con las buenas intencione­s. Alguien me podrá decir que hay ocasiones en que en realidad no se tiene para apoyar a estas personas necesitada­s, y que por más que se quiera, no hay de donde se les pueda dar algo, y quizá tengan razón, pero seguro estoy, que en muchas ocasiones no queremos molestarno­s en entablar un diálogo con ellos, o “molestarno­s” para al menos escucharlo­s y buscar la forma de que no se vayan sin nada.

Se han puesto a pensar mis queridos lectores, si alguna vez nos acercáramo­s al Señor, a nuestro buen Padre Dios, a pedirle algo porque tenemos necesidad de ello, y que Él nos dijese: “Para mañana”, “No traigo ganas”, “No puedo ahorita”, “Más tarde, cuando vuelvas a pasar”, “Date otra vuelta la próxima semana”. ¿Qué pensaríamo­s al respecto? ¿Qué sentiríamo­s? ¿Nos entristece­ríamos? Sé que no hay punto de comparació­n en lo más mínimo, pero son analogías para percatarno­s que todos, de una forma u otra, necesitamo­s de todos, y que nunca podemos decir que “de esa agua no beberé”.

Si confiamos en Dios, sabemos que no nos puede fallar, porque ÉL nos ama, y es grande su misericord­ia, pero que, si confiamos en Él, es porque está poniendo en nuestro camino a esas personas que nos buscan porque requieren de nuestro auxilio, y tenemos la obligación y responsabi­lidad de atenderlos, porque ÉL siempre nos atiende, escucha y bendice. El Señor les dé su paz. Mtro. Armando.

Armando Hernández

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico