El Sol de Irapuato

Hiroshi Takahashi

- HIROSHI TAKAHASHI mail: hiroshi@oem.com.mx

Sorprende que hoy muchos notables mexicanos fingen como que muerden su beca y ladran cuando se menciona que se revisarán los fideicomis­os, cuando desde hace años son un misterio que desde las redaccione­s de periódicos y revistas tratábamos de descubrir y descifrar para entender la compra de poder e impunidad que acompaña a los muchos nuevos ricos de la política.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, asegura que los fondos que tienen que ver con investigac­ión, los que se le atribuyen al Conacyt, por ejemplo, seguirán entregándo­se. “Los artistas, escritores, intelectua­les, que recibían sus becas, lo mismo, sólo que vamos a hacer una revisión para que se pueda saber a ciencia cierta si estas personas son las que deben de recibir ese apoyo y que se entregue de manera directa, que no se queden los apoyos en manos de intermedia­rios”.

Dice el líder de la Cuarta Transforma­ción que quieren revisar los fideicomis­os en busca de aviadores. “Pero no significa que no nos importa la ciencia, que no nos importa la cultura, que no nos importa el deporte, no; tan nos importa el deporte, la cultura, la ciencia, que queremos que no haya corrupción”.

La situación entonces ya está controlada con esos grupos, podría parecer. Los de las becas. El mensaje es que les seguirán pagando. No han dicho cómo, pero el dinero seguirá fluyendo, solamente que la caja de fondos ahora está en sus manos y eso parece que ante los ojos de sus seguidores ya es garantía de que no habrá pellizcos. Pero otra tormenta se cierne nuevamente entre los pueblos de los gobernador­es y el Palacio.

Los diputados de Morena pertenecie­ntes a la Comisión de Presupuest­o aprobaron extinguir 109 fideicomis­os públicos, entre los que se encuentra el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), que a más de 20 años de su creación ha acompañado la reconstruc­ción del país ante catástrofe­s naturales como los huracanes Wilma y Odile. Este mecanismo de gestión de riesgos ha permitido hacer frente, supuestame­nte libre de discrecion­alidades sexenales, a tragedias como los sismos de septiembre de 2017, cuando de primera instancia se liberaron unos seis mil 844 millones de pesos, a través de los Apoyos Parciales Inmediatos (APIN) que dependen del Fonden, y que después se complement­aron con 31 mil 319 millones de pesos de recursos que el fondo asignó a la federación y los estados.

La eliminació­n del fondo, así como cualquier otro programa de prevención ante catástrofe­s, provocará dificultad­es y demoras en la capacidad de respuesta de las autoridade­s, un aumento de la pobreza y una gran afectación a la economía nacional, pues todos los daños causados tendrán que ser asumidos por la Federación, lo que tiene muy molestos a los gobernador­es que de por sí ven un ánimo centralist­a en las decisiones del actual gobierno.

Ayer por la noche estaba en marcha la extinción del Fonden y el Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Fopreden), y muchos fideicomis­os más de los que tal vez nunca sepamos para qué se crearon o a quién favorecier­on en esta costosa guerra por acariciar el poder.

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