EXPONE LA INJUSTICIA LABORAL
Mano de obra de David Zonana, protagonizada por Luis Alberti aborda la corrupción y los abusos de los empleadores cuando un trabajador exige justicia por un accidente de trabajo NO ACTORES
de un albañil
sigue la histolópezria que trabaja en la construcción de una casa de lujo en la Ciudad de México. Un día, su hermano, que también es parte del equipo, sufre un accidente y muere. Su cuñada le cuenta que no habrá indemnización, pues según los estudios su hermano estaba alcoholizado durante horas laborales, aunque él jamás tomó alcohol.
Ante la imposibilidad de resolver su problema por la vía legal, decide introducirse en la mansión. De vivir en una casa que queda inundada ante una fuerte tormenta, pasa a tomar un baño en la tina lujosa de aquella finca, donde el brillo del blanco contrasta con su realidad; también organiza reuniones con el resto de los trabajadores que beben y festejan mientras se cuidan de no destruir lo que sus manos construyeron para otros. Poco a poco, comienza a apropiarse del resultado del trabajo que él mismo realizó, como un acto contestatario.
“Esta no es una realidad que nos es ajena a ningún mexicano”, comenta Luis Alberti, quien interpreta a en el filme. “Cuando me llamaron para proponerme participar en la película, justo pasaba esto en mi familia: un ser querido
Macababa de accidentarse trabajando y tampoco hubo indemnización. Desde ahí esta historia me tocó en lo personal. La película hace una síntesis muy honesta, clara y palpable en todos los niveles”.
Dirigida por David Zonana, quien ha producido los filmes y
de Michel Franco, tuvo su estreno en el Festival Internacional de Cine de Toronto. De ahí viajó al certamen cinematográfico de San Sebastián y posteriormente al Festival Internacional de Cine de Morelia, donde Alberti se llevó el premio de Mejor Actor. El pasado domingo 27 de septiembre, el histrión repitió este reconocimiento en los Premios Ariel, mientras que su director se llevó el galardón a Mejor Ópera Prima.
trata de esta opresión sistemática que viven millones de personas en México, Latinoamérica y en el mundo en general por medio de la impunidad,
DENTRO DEL
elenco, Luis Alberti es el único actor de profesión, el resto son albañiles reales que le contaron al director sus experiencias, quien retomó estos relatos para darle mayor fuerza al guion
la corrupción y la precariedad laboral. Queda clara la necesidad de cambio y justicia a través de esto que difícilmente se resuelve por vías legales porque el sistema se alimenta de que no sea fácil para los oprimidos librarse de estas cadenas”, ahonda David Zonana, sobre la cinta en la que debuta como realizador.
Más allá de los premios y nominaciones, hablar sobre la desigualdad social y los contrastes económicos es lo importante para el cineasta, sobre todo tras la crisis económica que se vive en México y en Latinoamérica tras los efectos de la pandemia del coronavirus.
“Sólo cabe esperar que esto no empeore, aunque se ve difícil. Es importante que la gente abra los ojos a esta situación y si la película ayuda en esa dirección, a crear un poco de conciencia de la difícil situación en la que no viven miles, sino millones de mexicanos y que puede ser agravada por este momento de crisis, yo me doy por bien servido”, dice el director.
Luis Alberti destaca que la película se estrena en México en un momento coyuntural, donde es más fácil comprender los contrastes sociales.
“Ahora las condiciones de trabajo son más duras de lo que ya eran. Hay un nivel de desempleo nuevo debido a esta situación (de la pandemia) que habrá que enfrentar y eventualmente tratar de resolver. Todos los trabajadores tenemos que
y aguantar lo más posible, pero tenemos que luchar por lograr condiciones de trabajo más justas y lograr restablecer nuestra normalidad para poder trabajar, construir y crear”, concluye.
plantea la justicia de propia mano “y lo que esto significa en términos de dilemas morales y consecuencias sociales hacia las nuevas formas de gobernar. Son ciclos de los cuales parece que no se puede salir”, señala Zonana.