Convierten cárcel en atractivo turístico
La isla de San Lucas se utilizó hasta 1991 como centro de reclusión para los criminales más peligrosos y los enemigos del gobierno de Costa Rica
BOSQUE Y FAUNA
Al recorrer los senderos que cruzan las 500 hectáreas de San Lucas se observan los restos de las primeras edificaciones para recluir internos en el bosque, en el que retumban los aullidos de los monos.
"Aquí se encuentra una biodiversidad muy verde, muy rica", comentó a AFP Giovany Mora, un guardaparques que lleva 14 años de trabajando en la isla, hogar de, entre otros, 40 especies de aves y 17 de reptiles.
"Se ve bastante venado cola blanca, ardillas, iguanas, guatusas, tepezcuintles", precisó Mora.
Aunque el turismo es un aliciente para los pobladores de Puntarenas, la ciudad portuaria desde donde salen las visitas a la isla, la pandemia impone restricciones a la llegada de visitantes.
San Lucas sólo recibe visitantes los fines de semana, que ingresan en tres turnos de un máximo de 40 personas cada uno, sin posibilidades de permanecer en algunas de sus playas.
Aun así, la Cámara de Turismo de Puntarenas informó que en el primer mes de este proyecto, la isla recibió 920 visitantes, casi todos costarricenses porque aún hay limitaciones para la llegada de extranjeros al país por la pandemia.
El plan de reactivación de la isla prevé una inversión de 2.4 millones de dólares en la recuperación de la infraestructura.
Para diciembre está prevista la entrega de la nueva casa para los guardaparques y están en marcha los trabajos para rehabilitar la antigua comandancia, según el Sistema Nacional de Áreas de Conservación.