Por su algodón y topografía plana se asentó el ferrocarril en La Laguna
TORREÓN, Coah.- Al término del porfiriato había más de veinte mil kilómetros de vías férreas construidas en México. A decir de investigaciones hechas por el IMPLAN, la Comarca Lagunera fue el punto ideal para ser un nodo ferroviario, por dos buenas razones, ser un gran productor de algodón y por la topografía plana. Si se hubiera trazado la vía por la capital de Durango, la serranía hubiera elevado mucho los costos de construcción.
Señala que fue Don Amador Cárdenas vendió parte de sus tierras para se construyera la vía del ferrocarril. La construcción quedó a cargo de una empresa norteamericana, quedando establecida la estación Otto y talleres de servicio en Jimulco. En 1883 las vías del Ferrocarril Central Mexicano atravesaron la región lagunera, en donde se construyeron las es-
taciones de Jimulco, Torreón y Lerdo.
Carlos Castañón, historiador en la región, dijo que el 23 de septiembre de 1883 tuvo lugar el acontecimiento. Las paralelas de acero llegaron hasta el Rancho del Torreón y con ellas los primeros trenes que solamente traían su material de construcción de vía.
Poco después de la fecha anotada comenzó el tráfico de trenes tanto al norte como al sur; terminó así el lento transcurrir de las carreteras.
Un día del mes de noviembre de 1887 se solicitó los servicios profesionales del sr. Federico Wulff y se le indicó el trazo de unos cuadros de tierra junto al lugar donde iba a cruzar el Ferrocarril Internacional “que era un proyecto de la casa Rapp Somer y Cia.” con el Ferrocarril Central.
Una vez arreglados los términos del trabajo y desarrollo técnico, se señaló el sitio preciso donde se proyectaba la estación y ahí se demarcó la iniciación del trazo.
Un día
de marzo de 1888 llegó a Lerdo Don Adolfo Aymes precedente de Mapimí, su cliente y amigo Don Francisco G. Álvarez lo invitó para que viniera a conocer el lugar donde se cruzaban las líneas de los Ferrocarriles Central e Internacional.