DE “FANTASMA” A LEYENDA
goleador hasta ese instante. En ceros, en la recta final del torneo y ante el poderoso Brasil, Rossi ofreció la actuación de su vida, que le valió la inmortalidad.
Efectivo, letal, contrario a la ineficacia exhibida en las anteriores actuaciones, Rossi sacudió las redes amazónicas en los albores de la contienda, sobre el minuto 5. Sócrates reaccionó y de inmediato igualó la batalla (12’), mas el propio Paolo devolvería la ventaja a su país, a los 25’ de acción. En el complemento, y luego de un dominio abrumador, Brasil igualó 2-2 vía Falcao (68’). El resultado parcial significaba el boleto para los amazónicos a semifinales. De nada le habría valido frente a la crítica aquel tardío doblete, si su equipo quedaba eliminado. Pero ante la sorpresa del planeta entero, Rossi liquidó al gigante mediante otro certero remate, al 74’. ¡Triplete y a Brasil! La sorpresa del Mundial detonó aquel día en el Sarriá.
Ya en semifinales, Paolo Rossi volvió a marcar diferencia. Doblete sobre Polonia y el pase a la gran final, donde marcó el primero sobre Alemania, a la que Italia dominó 3-1.
El despertar le valió acumular seis goles para convertirse en el campeón de goleo del Mundial. Balón y Bota de Oro se agenció el renovado ídolo, además de levantar la Copa del Mundo.
El trofeo y la gloria le valieron redimirse a él y a todos los involucrados en el escándalo Totonero. Cuatro años más tarde, una lesión lo marginó de México 1986. Pero camino a esa competencia, Paolo Rossi todavía se daría gusto de aportar un triplete en el 5-0 sobre México, en un amistoso celebrado en febrero de 1984.