La renuncia de Margarita
Mucho se
ha comentado sobre la renuncia de Margarita Zavala, sin embargo, vale la pena profundizar sobres la razones que la llevaron a tomar la decisión y recordar cómo llegó a la candidatura.
Margarita Zavala comenzó la carrera presidencial hace dos años, en un video dio a conocer sus intenciones de ser candidata presidencial. Tuvo que tomar una decisión sobre continuar en la carrera para la dirigencia nacional de su partido, el PAN, o anunciar con mucha anticipación su interés presidencial. Optó por lo segundo, pues las posibilidades de que la dirigencia del partido la alcanzara alguien que no fuera Ricardo Anaya eran nulas.
Así comenzó Zavala su camino a la candidatura, los números de las primeras encuestas eran alentadores, incluso la posicionaban como una posibilidad real respecto a López Obrador. Al momento de buscar la elección interna de su partido los análisis mostraban que no tendría posibilidad, no por falta de liderazgo, sino por la falta de estructura al interior, estructura que solamente le respondía al hoy candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya.
Ahí tomó una de las decisiones más importantes en su vida personal y política, y es la renuncia a su partido al que entró desde los 16 años de edad. La decisión de separarse del PAN, sin duda, fue una de las más difíciles en su vida, siempre se imaginó compitiendo representando a esa institución.
Margarita Zavala no dio marcha atrás a la posibilidad de la candidatura y tomó la difícil decisión de hacerlo por la vía independiente. El camino del independiente es sumamente complicado, pareciera que las reglas se hicieron para que no pudiera llegar un candidato por esa vía a la Presidencia de México. La petición de casi un millón de firmas se vuelve completamente desproporcional, para darnos un ejemplo de referencia, los militantes del PAN no son ni 250 mil. Es decir, se piden cuatro veces más firmas para un independiente que la militancia de uno de los partidos más grandes de México.
La falta de recursos y de estructura nacional hacen que el camino sea más complicado, la inequidad en los espacios tele-
visivos y de radio vía spots es ridícula. Mientras cada candidato independiente cuenta con 23 spots a la semana, las coaliciones cientos. La exposición que tienen los candidatos con partidos o coalición, respecto a los independientes, es completamente desproporcional.
Al no tener una segunda vuelta en nuestro país, en todas la elecciones presidenciales, desde el año 2000 ha existido una segunda vuelta virtual. Es decir, la elección se centra en los dos punteros, pareciera que esta vez no será la excepción. Todo indica que la carrera final se centrará entre Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya, eso también hace que los independientes se vayan quedando rezagados y sus posibilidades se vuelven muy remotas.
Muchas fueron las circunstancias que orillaron a Margarita Zavala a renunciar a la posibilidad de ser la primera mujer candidata independiente que fuera votada en una elección presidencial. Podemos decir que las candidaturas independientes fracasaron, no por sus candidatos, sino por la manera en que las reglas electorales las desfavorecen. No es por una cuestión solamente de género, pero si es cierto que en este país, ser candidato independiente y mujer hace que el camino sea muy difícil.
El camino
del independiente es sumamente complicado, pareciera que las reglas se hicieron para que no pudiera llegar un candidato por esa vía a la Presidencia de México. La petición de casi un millón de firmas se vuelve completamente desproporcional, para darnos un ejemplo de referencia, los militantes del PAN no son ni 250 mil. Es decir, se piden cuatro veces más firmas para un independiente que la militancia de uno de los partidos más grandes de México.