Golpe de acero
MITCH TRUBISKY TUVO QUE ENTRAR AL EMPARRILLADO TRAS UNA CONMOCIÓN DEL QB TITULAR KENNY PICKETT
Que nadie dé por muertos a los Steelers. Luego de cuatro derrotas consecutivas, el equipo de Mike Tomlin finalmente despertó y lo hizo ante los Buccaneers de Tom Brady. Liderados por una buena defensa, Kenny Pickett y hasta Mitch Trubisky, quien salió al quite tras una conmoción del quarterback novato, Pittsburgh se llevó un apretado triunfo por 20-18.
El panorama no es sencillo para Tampa Bay, sobre todo a la ofensiva. A los Bucs les cuesta mover el ovoide y cuando enfrentan a defensivas élite como la de los Steelers la cosa se complica todavía un poco más.
Esto propició un partido cerrado en el que no abundaron los puntos, pero sí las emociones. Los Steelers tomaron la ventaja gracias a un pase de Pickett a Najee Harris, en lo que fue su primer pase de TD en la NFL.
A pesar de que Tom Brady y sus Buccaneers intentaron responder pronto, chocaron de lleno con una defensa de acero que, si bien les permitió avanzar lo suficiente para meterse a la zona roja, no se dobló a la hora buena. En ese escenario apareció el pateador Ryan Succop, muy certero en sus dos primeros intentos para recortar la desventaja.
El partido entró en terreno defensivo y solo la figura de ambos pateadores permitió mover el electrónico. Tanto Boswell como Succop anotaron en un par de ocasiones para entrar al último cuarto con la ventaja 13-12 para los Steelers.
Más allá de la ventaja, la situación fue crítica para los Steelers, quienes perdieron a su quarterback titular debido a un fuerte golpe que le causó una conmoción. Sin Pickett en el emparrillado, Tomlin le dio entrada a Mitch Trubisky. El mariscal de campo, cuestionado por su mal arranque lo llevó a perder la titularidad, se mostró seguro y logró poner puntos en el marcador tras un buen pase a Chase Claypool.
Los Buccaneers buscaron responder de manera desesperada, al acercarse gracias a un touchdown de Leonard Fournette tras un pase de 17 yardas por parte de Brady, pero ya era demasiado tarde. Trubisky saltó al campo para comandar una última serie que consumió el reloj.