El Sol de León

En defensa de la igualdad en el INAI

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Nuestra sociedad

ha cambiado. Al ser las mujeres 51.4% de la población, 49.3% de estudiante­s a nivel superior y el 43.9% de la Población Económicam­ente Activa, van dejándose sentir con mayor fuerza en los asuntos públicos.

Están por concluir su encargo las comisionad­as del Instituto de Transparen­cia, Acceso a la Informació­n Pública y Protección de Datos Personales (INAI), Ximena Puente de la Mora y Areli Cano Guadiana. Para designar a sus relevos el Senado abrió una convocator­ia a la que respondier­on 18 mujeres y 16 hombres.

El Estado mexicano ha suscrito tratados internacio­nales para revertir la discrimina­ción hacia las mujeres, como la Convención sobre la eliminació­n de todas las formas de discrimina­ción contra la mujer. Con ello se pretende erradicar su exclusión de los más altos cargos del poder público y los abusos cometidos por los hombres al establecer patrones de exclusión, dominio y violencia.

Gracias a esos tratados se han abierto más espacios a la participac­ión de las mujeres en la vida pública. Por ejemplo, hoy se garantiza que los partidos observen la paridad al designar candidatur­as, con criterios de competitiv­idad para que no se les envíe a las circunscri­pciones perdidas.

Si esto es así en los lugares más apartados de nuestro país, ¿por qué en el relevo del INAI se quiere romper el compromiso que tenemos como país para favorecer la igualdad entre hombres y mujeres? El INAI lo integran hoy cuatro comisionad­os y tres comisionad­as.

De los aspirantes varones a ocupar las dos vacantes próximas, sabemos que por lo menos siete tienen estudios de maestría, máster o doctorado, incluso en el extranjero; cuatro han desempeñad­o alguna responsabi­lidad vinculada con los derechos humanos y los 16 han ocupado algún cargo público.

Al ser tan amplias y solventes sus trayectori­as tengo inquietud en saber si no imaginaron que la posibilida­d de ser designados implica un retroceso en los espacios de participac­ión de las mujeres.

Su sola postulació­n los desacredit­a para ocupar tan importante cargo, porque la tutela de dos derechos humanos -como son el de acceso a la informació­n pública y el de protección de datos personales- no puede hacerse sino en el horizonte de los derechos humanos en su conjunto, porque todos son interdepen­dientes.

Al registrars­e en el proceso abren la posibilida­d de que se afecten los espacios de participac­ión de las mujeres y, en consecuenc­ia, que el Estado incumpla sus obligacion­es ante el país y las adquiridas a escala internacio­nal.

La lucha por la igualdad no es tarea ni destino solo de las mujeres. Es parte de un proceso de siglos por la defensa de los derechos civiles y políticos, y tiene como finalidad eliminar la segregació­n política que afecta el desarrollo de las potenciali­dades de las personas, además de afectar el desarrollo de toda la sociedad en su conjunto.

Por esa razón, y aun cuando el Sistema Nacional de Transparen­cia (SNT) es un espacio donde las tendencias en la conformaci­ón del Estado se ven reflejadas -con sus vicios y problemas-, y pese a no pocas confrontac­iones, discordias y malquerenc­ias, estoy convencido de que en esta ocasión no podemos equivocarn­os y que es nuestra obligación política y moral pronunciar­nos clara y contundent­emente.

En consecuenc­ia, propondré la adopción inmediata de un pronunciam­iento del Sistema Nacional de Transparen­cia llamando a los aspirantes a que declinen y permitan que las dos vacantes del INAI sean competidas solo por mujeres.

Así como hacer un respetuoso exhorto al Senado para que al designar a los relevos de las comisionad­as Puente y Cano se mantenga el criterio observado cuando terminó su encargo la ministra Olga Sánchez Cordero en la Suprema Corte, y se garantice que las designadas acrediten experienci­a para el cargo.

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