El Sol de León

¡viruelas!

- Catalinanq@hotmail.com

que usaban las abuelas, como crítica a quien se comportaba como menor de edad. Ahora se podría decir: A la vejez, sarampión y hablamos de una posibilida­d real de sufrirlo en carne propia, en vista de la epidemia que recorre Europa.

Resurge una enfermedad, contagiosa y que tiene consecuenc­ias serias, gracias a una corriente que apareció hace unos años, ¡antivacuna­s! Un médico estadounid­ense las asoció al Autismo (Discapacid­ad del desarrollo que proviene por diferencia­s en el cerebro). Falseó estadístic­as y con la ayuda de una reconocida conductora de televisión, creó un ambiente de rechazo.

Se destaparon sus marrullerí­as, perdió la licencia y se hizo una campaña para convencer a la sociedad, de la falsedad de su hipótesis. El daño estaba hecho y hay sectores que insisten en el rumor, acervado por charlatane­s inconscien­tes, de lo que pueden dañar a la humanidad.

Décadas de esfuerzo, a cargo de las autoridade­s sanitarias, a nivel internacio­nal y locales, para combatir esta y otras pandemias que provocaban miles de muertes. La única forma de erradicarl­as fue mediante las vacunas.

Inconcebib­le el que, en pleno siglo XXI, cuando los avances tecnológic­os y científico­s son patentes, se caiga en un retroceso que puede incluso, diezmar a comunidade­s enteras. De la absoluta falta de ética, de quien propagó el mito –El tal “médico” lo creó para conseguir fondos para sus investigac­iones-, a quienes continúan secundándo­lo, a pesar de la confesión y el arrepentim­iento del susodicho, se sembró la duda.

De reconocers­e, lo hecho en México, para conseguir que, la mayoría de niños de este país, reciban las inoculacio­nes. El esfuerzo redituó la desaparici­ón de la viruela y, desde 1990, el sarampión.

La estupidez lo regresa a Europa Central. En Estados Unidos, por la renuencia de los merolicos antivacuna­s, ha habido brotes, aunque se pudieron controlar.

Recién se detectaron tres enfermos en la República, por “importació­n” del mal. La Secretaría de Salud, de inmediato emite una alerta para quienes viajen a Europa. Advierte que hay que vacunarse 14 días antes de la salida y deberán hacerlo también, aquellos adultos a quienes no les consta que se las pusieron de niños.

Hacer a un lado las vacunas es un peligro para sí mismo, además de una responsabi­lidad por la afectación a los miles que podrían contagiars­e. Hay algunas sectas y creencias que constituye­n un auténtico reto para la medicina. Los Testigos de Jehová tienen prohibido transfundi­rse sangre, obstáculo, si se llega a necesitar una cirugía.

Los países con mayor problema son Rumania e Italia, aunque tampoco se han librado España, Francia, Grecia, Alemania y Portugal. La Unión Europea reconoce más de 14 mil casos, con un saldo de 30 muertos.

Hacer a un lado las vacunas es un peligro para sí mismo, además de una responsabi­lidad -que debería incluso penalizars­e-, por la afectación a los miles que podrían contagiars­e.

Hay algunas sectas y creencias, que constituye­n un auténtico reto para la medicina. Los Testigos de Jehová tienen prohibido transfundi­rse sangre, obstáculo, si se llega a necesitar una cirugía, o se tiene un accidente, que conlleva la muerte.

En Estados Unidos y en Europa, hay un respeto absoluto a la libertad de conciencia y por ello en las escuelas no se exige la vacunación. Si en un hogar se decide prescindir de la medicina tradiciona­l y sólo se usa la alternativ­a, no hay poder que fuerce a que tomen una decisión contraria a lo que piensan.

Una auténtica contradicc­ión: El mandato religioso de preservar la vida, contra la convicción de evitar las transfusio­nes, que podrían salvarla. Habría que aplaudir los avances médicos y apreciar a quienes, gracias a la invención de las vacunas, lograron frenar las depredador­as epidemias.

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