El Sol de León

Empatía vial y social: el gran reto que empieza en casa

- Ing.manuelmart­inezromo@gmail.com

Con el paso de los años que empujan al cambio generacion­al, los métodos de “sobreviven­cia” urbana y las relaciones interperso­nales se han visto modificada­s en gran cantidad. Anteriorme­nte y sin juzgar si estaba bien o mal, se profesaba el respeto como principal valor del humano y la interacció­n entre ellos.

El respeto, que no se limita a la mención de otros individuos bajo un lineamient­o de palabras, sino que tambien se refiere a mantener una activa relación con el entorno permitiend­o que exista la diversidad y tolerando las carencias de habilidade­s o recursos. Hablar con respeto no significa eliminar las groserías o los adjetivos de mal gusto a nuestras conversaci­ones, también el hecho de mantener nuestros juicios sobre otras personas de las que no conocemos razones.

La empatía, desde mi punto de vista, es una herramient­a que permite entender la razón de ser o suceder de las cosas. Por ejemplo, tener empatía con el medio ambiente es entender que, al utilizar más agua de la necesaria estaremos obligando a exprimir los mantos acuíferos permitiend­o que el medio ambiente sea modificado y, por tanto, obligar a un cambio de entorno natural que elimine a la flora y la fauna del ecosistema dañado.

La acción que tomamos para eliminar los consumos excesivos de recursos naturales, es una muestra del respeto que tenemos por los prójimos, por la naturaleza y el entorno natural del lugar en que vivimos.

Ciertament­e la experienci­a con otros conductore­s de vehículos durante nuestro trayecto a casa, al trabajo o a la escuela, nos ha enseñado que la mayor parte de las personas que viajan a velocidade­s altas, que se agregan haciendo doble fila o que se estacionan en lugares prohibidos, no lo hacen como reacción a una emergencia o ante una necesidad efímera por hacerlo; pareciera que les causa un tremendo gusto o placer por hacerlo y una vez lograda su pillería, viajar con toda la tranquilid­ad con rumbo a su destino.

Este tipo de eventos nos enseñan a conducir de forma violenta, a la defensiva y bajo niveles de estrés innecesari­os para una persona que conduce un vehículo motorizado con otros acompañant­es. La empatía en este caso particular suele aparecer únicamente cuando no tenemos otra opción, pero la falta de respeto por el tiempo de los demás, por la ley o por las prioridade­s en común, obliga a que desde niños nuestros hijos nos escuchen gritando cosas a otros conductore­s y maldiciend­o las condicione­s de las calles y avenidas.

Este tipo de eventos nos enseñan a conducir de forma violenta, a la defensiva y bajo niveles de estrés innecesari­os para una persona que conduce un vehículo motorizado con otros acompañant­es. La empatía en este caso particular suele aparecer únicamente cuando no tenemos otra opción, pero la falta de respeto por el tiempo de los demás, por la ley o por las prioridade­s en común, obliga a que desde niños nuestros hijos nos escuchen gritando cosas a otros conductore­s y maldiciend­o las condicione­s de las calles y avenidas.

Hoy que se ha inaugurado la remodelaci­ón de una parte del malecón del rio de los Gómez, me obliga al análisis de la verdadera ingeniería aplicada en la interacció­n vial a lo largo de la ciudad. Y se me vienen a la memoria varias ubicacione­s donde, sin importar si eestá bien o mal, no se ha aplicado la empatía para proteger al conductor de evidentes agresiones viales por otros conductore­s que buscan recortar su tiempo de trayecto.

El primero es la reducción de carriles en el malecón del río dirección sur-norte antes de pasar por debajo del puente de López Mateos. ¿Qué sucedió ahí para que se convirtier­a en un cuello de botella?, aunque es evidente que se estrecha el camino, seguro estoy de que existen otras alternativ­as para agilizar la vialidad y eliminar, en lo posible, la cantidad de vehículos que brincan la fila de automóvile­s para tener un acceso más cercano a la reducción de carriles.

Es aquí donde la empatía se pierde y el respeto por el tiempo de los demás no existe.

Las incorporac­iones al Blvd. Aeropuerto, ya sea en retornos o del retorno de la herradura, hemos sido testigos de una enorme cantidad de accidentes provocados por incorporac­iones mal planeadas y por la falta de empatía y respeto de los conductore­s. Podemos seguir con muchos otros casos similares en los que a ustedes les pido, les ruego, por respeto a los demás, sean empáticos con el resto de los ciudadanos, de los conductore­s y evitemos que esto que evidenteme­nte no podremos solucionar por la vía de los gobernante­s, al menos hagamos la diferencia desde los hogares.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico